13 al 15 de Octubre de 1999
Tokio
Gira al Asia
En la continuación de su extenso viaje por varios de los principales centros de poder del continente asiático, su llegada al Japón se produjo por el Aeropuerto Internacional de Haneda, en Tokio, el día 13 de octubre.
En esa nación, al igual que en China, el presidente Chávez cumplió una intensa agenda de actividades y compromisos. Sin embargo, habría un par de elementos que marcaron una interesante diferencia entre esta visita y la precedente.
El primero de ellos lo constituyó el hecho de que las autoridades niponas calificaron la estadía del señor Presidente de la República, Hugo Chávez Frías, realizada entre los días 13 y 15 de octubre, como una visita de trabajo, es decir no se le concedió el estatus de visita de Estado, tal como sucedió en la República Popular China.
El segundo elemento distintivo o característico, igualmente tuvo que ver con el estilo de la diplomacia japonesa, poco proclive a la suscripción de acuerdos internacionales. De esta manera y siendo fiel a sus tradiciones, no se firmó ningún instrumento bilateral. No obstante, la visita de trabajo se desarrolló en los mejores términos y condiciones, cumpliendo cabalmente los objetivos.
En Japón, Chávez Frías moderó un poco su discurso de lucha contra la hegemonía estadounidense, el cual había tenido presencia casi permanente en sus intervenciones durante su estadía en la República Popular China; dándole paso a un lenguaje básicamente concentrado en la concreción de compromisos comerciales y de negocios. De hecho, al margen de los temas económicos y comerciales de la relación bilateral, Chávez Frías habría admitido que el Primer Ministro, Keizo Obuchi, “…no se mostró muy interesado en profundizar el tema de un mundo pluripolar…”.
Por otra parte, es importante reseñar que para el momento de esta visita al llamado Imperio del Sol Naciente, la primera que se realizaba a nivel presidencial venezolano en once (11) años, Japón estaba posicionado como el tercer asociado comercial de Venezuela, desde el punto de vista de las importaciones, después de los Estados Unidos de América y la República de Colombia; razón por la cual era claro el tinte comercial y económico que coloreaba esta visita a la nación nipona.
Así las cosas, el mandatario nacional casi inmediatamente después de su arribo al Japón se entrevistó con el Primer Ministro japonés, Keizo Obuchi, en un encuentro celebrado en su residencia oficial.
En la conversación sostenida entre ambos líderes, en presencia de los ministros de la economía venezolana y de sus homólogos japoneses, ofreció duplicar el suministro de orimulsión, a través de la instalación en Venezuela de una nueva planta generadora de este combustible con aporte de capital japonés. Según las estimaciones técnicas, sería necesaria una inversión por el orden de los ciento cincuenta millones de dólares (U.S. $ 150.000.000), a fin de aumentar la producción a unas diez millones de toneladas al año (10.000.000 t/a).
Sobre este particular, el presidente Chávez expresó que: “…Japón es el primer país que comenzó a comprarle Orimulsión a Venezuela hace ya varios años…”, por tal motivo “…hemos ofrecido la posibilidad de incrementar nuestra capacidad de producción de ese producto…”, agregando que “…ellos se mostraron interesados en esto y quedamos en hacer nuevas reuniones…”.
En las conversaciones entre Chávez Frías y el Primer Ministro Keizo Obuchi se planteó la posibilidad que Japón considerara la compra de crudos venezolanos, lo cual de concretarse constituiría la primera vez que Tokio importaría petróleo de Venezuela. Sobre el particular, Obuchi se mostró de acuerdo con la propuesta que le realizara el presidente Chávez para la instalación de una comisión binacional para la aplicación de tecnologías que optimizaran la calidad de los crudos venezolanos y su eventual exportación al Japón; por otra parte, también se pasó revista al tema del Eje Apure‒Orinoco, en el que Japón “…está muy interesado, en los más de 60 proyectos para su desarrollo…”.
Dentro de los temas abordados también destacan los avances para la aprobación de una línea de crédito por quinientos millones de dólares (U.S. $ 500.000.000) para ampliar una refinería ubicada en la ciudad de Puerto La Cruz, en el estado Anzoátegui, “…para elevar la calidad de la producción, especialmente para bajar el nivel de contaminación de los productos que surjan de allí…”, proyecto enmarcado dentro de los planes de expansión de la industria petrolera venezolana (Pdvsa). Asimismo, se adelantaron las negociaciones para la inversión, por parte de esa nación, de trescientos millones de dólares (U.S. $ 300.000.000) destinados a una nueva planta siderúrgica en Venezuela.
Con posterioridad a este encuentro, Obuchi le ofreció en su residencia particular un almuerzo al mandatario venezolano, donde tuvo la oportunidad de sostener encuentros con los líderes de los partidos políticos e intercambiar puntos de vistas sobre la relación bilateral y las coyunturas políticas en ambas naciones.
Posteriormente el primer mandatario venezolano acompañado de los Ministros de Planificación, Jorge Giordani y de Infraestructura, Julio Montes, expuso el proyecto del Eje Orinoco‒Apure a Kinio Fujita, Presidente de la Agencia Japonesa para la Cooperación Internacional (Jica, por sus siglas en inglés), organismo que ya manejaba un proyecto sobre el Eje del Orinoco, pero orientado al río Meta. Al respecto, comentó: “…que además del Meta, está el río Apure, así que seguimos estudiando el área…”.
En la continuación de los contactos realizados al más alto nivel del estamento político nipón ese mismo día tuvo lugar la audiencia con Su Alteza Imperial Akihito.
Esta vez el protocolo fue roto por el Emperador Akihito, quien al tener frente a sí al mandatario venezolano tomó la iniciativa de extenderle la mano para saludarlo, quien tuvo que corresponderle el gesto de igual manera, en lugar de la tradicional leve inclinación que impone el riguroso protocolo nipón en estos casos.
De esta reunión cumbre entre el Presidente de Venezuela y el Emperador del Japón, aunque de sólo treinta (30) minutos, el primero, a su salida señaló que “…fue un encuentro bastante cálido, muy humano. Me dijo que estaba muy interesado en que Japón continúe invirtiendo en América Latina, en el Caribe, y especialmente en Venezuela…”.
Desde el punto de vista personal, Chávez Frías comentó sobre el Emperador Akihito, “…me parece un ser humano lleno de bondad, de paciencia como los buenos japoneses de raíz. Estuvimos conversando, se mostró muy interesado en el porqué de la pobreza en Venezuela…”.
En la continuación de los compromisos cumplidos figuró una entrevista concedida al prestigioso diario nipón “Nihon Keizai Shim bun”, así como una reunión con los embajadores del llamado Grupo Latinoamericano y del Caribe (Grulac), acreditados ante el gobierno de Tokio.
El día siguiente, 14 de octubre, inició su agenda con un desayuno de trabajo con los representantes de las empresas japonesas con intereses en Venezuela, donde entre otros estuvieron presentes los presidentes de Kobe Steel, Mitsui, Mitsubishi, Sushimoto, Marubeni, Teikoko Qill, Toyota y Sumitomo Bank; en esta reunión aseguró que la devaluación del bolívar no estaba prevista, indicando que la estrategia monetaria de su gobierno era llegar en corto tiempo a un tipo de cambio único.
Con los importantes hombres de negocios, se refirió también a la protección de las inversiones en Venezuela, y se comprometió a acelerar el mecanismo para el reembolso del dinero que las empresas habrían cancelado por concepto del Impuesto al Valor Agregado (IVA), desde el mes de enero de ese año 1999. Durante esta jornada, los empresarios japoneses asistentes demostraron interés en los sectores de la metalurgia, el acero y el cacao venezolanos.
Entre los delegados del empresariado criollo que le acompañaban, uno de ellos, el Dr. Alfredo Behrens, presidente de la subsidiaria venezolana de Toyota, indicó al término del encuentro que “…sus reformas ocurren sin revolución, sin balas, sin presos políticos, sin persecución de la prensa. Eso él lo ha explicado claramente…”.
Durante la misma mañana Chávez Frías sostuvo otros dos encuentros, el primero de ellos con los integrantes de la junta directiva del Fondo Global de Infraestructura (GIF, por sus siglas en inglés), y el segundo con el Sr.Yoshihiro Saeki, presidente de la Japan External Trade Organization (Jetro, por sus siglas en inglés), organización oficial del Japón para la promoción del comercio exterior, con quien se acordó la realización en Caracas de un seminario orientado a la promoción de inversiones japonesas en Venezuela.
También asistió a un almuerzo ofrecido en su honor por el Comité Económico Japón‒Venezuela, conocido por sus siglas en inglés como Javec, realizado en la organización empresarial nipona, Keidanren (homóloga de Fedecámaras en Venezuela) en la cual Minora Makihara, presidente de esa organización y de la Mitsubishi, le indicó el interés en ampliar el intercambio comercial bilateral, señalándole: “…nosotros estamos dispuestos a fortalecer aún más las actividades de orden comercial…”.
Se reunió también con el Señor Hiroshi Yasuda, Presidente del Banco de Japón para la Cooperación Internacional (JBIC), en la sede de este organismo, oportunidad en la que se formalizó el anuncio de la aprobación por parte de esa institución financiera (antiguo Eximbank), de la línea de crédito por quinientos millones de dólares (U.S. $ 500.000.000) destinados a la refinería venezolana ubicada en Puerto la Cruz.
Luego, instaló el Seminario “Oportunidades de Inversión en Venezuela”, que contó con una nutrida concurrencia de personalidades vinculadas al sector de los negocios.
En este evento expuso los planes energéticos del sector agrícola e infraestructura, así como para la reactivación de la pequeña y mediana empresa, y el redimensionamiento de la macroeconomía.
Finalmente, ofreció una rueda de prensa a representantes de los medios de comunicación locales y extranjeros, y al día siguiente, 15 de octubre, continuó su periplo; esta vez con destino a Corea del sur.