14 al 16 de Septiembre de 2005
Sexagésimo (60º) Periodo de Sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
Nueva York
Hugo Chávez Frías viaja por décima segunda vez a los Estados Unidos de América, del 14 al 16 de septiembre de 2005, en ocasión de su participación, como jefe de Estado de la República Bolivariana de Venezuela en el sexagésimo (60º) periodo de sesiones de la asamblea general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), realizada en su sede de Nueva York.
Luego de lidiar con el retraso en el otorgamiento de las visas de ingreso a la nación estadounidenses de varios miembros de la comitiva que le acompañaba, finalmente la aeronave que lo transporta toca pista en territorio de la ciudad sede de la ONU donde la seguridad había sido redoblada a medida que avanzaban las actividades que congregaban a unos ciento setenta (170) jefes de Estado, entre ellos Hugo Chávez Frías.
Esta representa la quinta vez en la que el líder venezolano se dirigiría al plenario del máximo foro multilateral, de un total de siete intervenciones que realizó en él durante su período gubernamental.
Como se recordará, a la fecha ya había participado en los años 1999, 2000, 2001 y 2002, correspondientes al 54°, 55°, 56° y 57° períodos de sesiones de la asamblea general de la ONU, respectivamente.
Luego de esta intervención en la sexagésima (60°) asamblea general en 2005 lo haría nuevamente en el sexagésimo primer período (61º) en el 2006 y en sexagésimo cuarto (64°) en el 2009.
En su intervención, efectuada el jueves 15 de septiembre, cuestionó el propósito original del encuentro global al haberse impuesto como centro del debate un proceso de “reformas” de la ONU que relegó a un segundo plano la adopción de medidas para el desarrollo, como tema urgente.
Hizo una breve síntesis de los escasos avances y sobre las pocas posibilidades de alcanzar las metas del milenio, a cinco (5) años de haber sido planteadas por la comunidad internacional.
Por otra parte, indicó que la ONU ya había agotado su modelo; razón por la cual en vez de una reforma se requería de su refundación, literalmente señaló “….esto no sirve, hay que decirlo, es la pura verdad…”.
En este sentido, realizó cuatro (4) propuestas orientadas hacia un nuevo modelo para el máximo foro mundial.
Propuso en primer lugar, la expansión del consejo de seguridad, tanto en sus miembros permanentes como no permanentes, dándole entrada a las naciones en desarrollo en la primera de estas categorías.
En segundo término, se refirió a la necesidad de aumentar la transparencia, el respeto y la inclusión, en todos sus órganos y métodos de trabajo.
Tercero, la supresión inmediata del veto en las decisiones del consejo de seguridad, posición que Venezuela había venido sosteniendo sistemáticamente desde hacía seis (6) años, por considerarlo un vestigio elitista incompatible con la democracia y con el principio de la igualdad soberana de los Estados.
En cuarto lugar, el fortalecimiento del rol del secretario general, especialmente en el marco de la diplomacia preventiva.
También en su intervención fue severamente crítico del bombardeo a Iraq, señalando desde la máxima tribuna política internacional “…hoy sabemos que nunca existieron armas de destrucción masiva en Iraq…” OMISSIS “…nunca hubo armas de destrucción masiva y sin embargo, y por encima de Naciones Unidas, Iraq fue bombardeado, ocupado y continúa ocupado…”.
Seguidamente acotó “…por eso proponemos a esta Asamblea que Naciones Unidas salga de un país que no es respetuoso con las propias resoluciones de esta Asamblea…”; recordó que en el Foro Social Mundial en Porto Alegre, ese mismo año, diferentes personalidades habían pedido que la sede de la ONU saliera de los Estados Unidos de América.
Al respecto, se refirió a la necesidad de la creación de una ciudad internacional ajena a la soberanía de algún Estado para ubicar la sede de la ONU, agregando además que debía estar en el sur.
Más adelante sobre este punto citó al Libertador cuando en 1815 éste en la llamada Carta de Jamaica señaló:
…Qué bello sería que el istmo de Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos, ojalá que algún día tengamos la fortuna de instalar allí un augusto congreso de los representantes de las repúblicas, de los reinos, a tratar y discutir sobre los altos intereses de la paz y de la guerra, con las naciones de las otras tres partes del mundo. Esta especie de corporación podrá tener lugar en alguna época dichosa de nuestra regeneración»….
En su discurso se refirió también a la crisis energética per se, además de su impacto en el medio ambiente, en los siguientes términos:
…Para el 2020 la demanda diaria de petróleo será de 120 millones de barriles, con lo cual, incluso sin tener en cuenta futuros crecimientos, se consumiría en 20 años una cifra similar a todo el petróleo que ha gastado la humanidad hasta el momento, lo cual significará, inevitablemente, un aumento en las emisiones de dióxido de carbono que, como se sabe incrementa cada día la temperatura de nuestro planeta…
Se paseó igualmente por la declaración y el programa de acción sobre un Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI) aprobado por la asamblea general de la ONU hacía treinta y un (31) años, el 14 de diciembre de 1974, cuando fue adoptada la Carta de Derechos y Deberes Económicos de los Estados que concretó el Nuevo Orden Económico Internacional, acotando que en la misma se confirmaba el derecho de los Estados a nacionalizar las propiedades y los recursos naturales que se encuentren en manos de inversores extranjeros, así como para la creación de carteles o asociaciones de productores de materias primas.
En este contexto, indicó que actualmente se hacía imperativo la creación de un Nuevo Orden Político Internacional, “…no permitamos que un puñado de países intente reinterpretar impunemente los principios del Derecho Internacional para dar cabida a doctrinas como la «Guerra Preventiva», ¡vaya que nos amenazan con la guerra preventiva!, y la llamada ahora «Responsabilidad de Proteger»…”.
Hacia el final de su intervención expuso de manera sucinta algunos logros de la Revolución Bolivariana en los campos social y económico, en materia de alfabetización, acceso a la salud, educación y empleo, y denunció al conspicuo activista Pat Robertson, candidato presidencial estadounidense en 1988, quien había solicitado el magnicidio del presidente Chávez Frías, desde el propio territorio de los Estados Unidos de América, además por televisión, sin que el gobierno de esa nación adoptase ningún tipo de acción.
En dicha ocasión en programa televisado de la cadena Christian Broadcasting (CBN) expresó sin ambages que “…Si (Chávez) cree que estamos tratando de asesinarlo, creo que tendríamos que proceder y hacerlo…”, de hecho señaló que asesinarlo sería menos costoso que ir a una guerra para derrocarlo.