Estados Unidos de América

20 al 23 de Septiembre de 1999
54ª Asamblea General de la ONU
Nueva York y Washington

En su segundo viaje a los Estados Unidos de América como Presidente constitucional en ejercicio, Chávez Frías, además de intervenir en la quincuagésima cuarta (54ª ) Asamblea General de las Naciones Unidas, sostuvo su segunda reunión con el presidente Clinton, realizando además otros importantes encuentros con diferentes personalidades de la sociedad estadounidense.

Sin embargo, el domingo 19 de septiembre antes de su partida, señaló que no llevaba en su equipaje una agenda detallada ni una solicitud concreta para debatir con los organismos económicos multilaterales, aunque en dicha oportunidad admitió que con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se iban a evaluar algunas propuestas de financiamiento para varios proyectos, entre los que figuraban el “Programa de los Niños de la Patria”.

Con respecto al FMI, señaló textualmente: “…cualquier idea del Fondo Monetario Internacional sobre el proceso venezolano la recibiremos de la mejor manera, pero somos un país soberano que tiene la potestad de tomar sus propias decisiones…”.

Es importante señalar que el Ministro de Relaciones Interiores, Ignacio Arcaya, había visitado previamente a los Estados Unidos, realizando una serie de contactos con sectores influyentes en el área económica y con miembros de los medios de comunicación en preparación de la visita presidencial.

Así, uno de los objetivos de esta nueva incursión en territorio estadounidense, tal como lo señalaron las agencias noticiosas en Venezuela, fue “limpiar” la imagen del país en el exterior, la cual para el momento había estado siendo noticia por el enfrentamiento entre los poderes públicos constituidos y las fuerzas del proceso constituyente que se adelantaba en el país, así como por las renuncias de las Presidentas de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo de la Judicatura.

Así las cosas, el 20 de septiembre de 1999, el presidente Hugo Chávez Frías realizó su décima segunda salida al exterior para entrevistarse con su homólogo William Jefferson Clinton y presentarse por vez primera ante dos de los más importantes foros multilaterales, la Asamblea General de la ONU y en una alocución ante los representantes de la Organización de Estados Americanos (OEA), señalando antes de abandonar el país: “…voy a explicarle al mundo lo que sucede aquí…”.

En esta oportunidad, el Jefe del Estado venezolano cumpliría una agenda que contemplaba, además de la reunión con el presidente Clinton y los compromisos en la ONU y la OEA, encuentros en la Junta Interamericana de Defensa, con dirigentes políticos de esa nación, así como con banqueros y representantes de diferentes sectores empresariales.

De esta manera, quería explicar que los cambios que se estaban realizando en Venezuela se hacían con las garantías y vigencia del Estado de derecho. El presidente Chávez explicó en los Estados Unidos los alcances del proceso constituyente y a la vez aclaró las dudas que surgieron, objetivos estos que sin duda ocuparon parte importante de la agenda de su segunda visita a esta nación como Presidente constitucional y tercera desde que obtuvo la Presidencia, en diciembre de 1998.

La noche del 20 de septiembre de 1999, a su llegada a la ciudad de Nueva York, la primera actividad oficial del presidente Hugo Chávez fue sostener una entrevista con la cadena Fox, al día siguiente, un encuentro con los miembros de la Junta Directiva de The New York Times, luego respondió las preguntas de reporteros de importantes medios de comunicación, tales como de Bloomberg News, The Financial Times, Dow Jones, Reuters y The Wall Street Journal y asistió a un almuerzo con los directivos de la cadena de revistas Hearts; sobre estos contactos, Chávez comentó: “…les dije a los editores que estamos dispuestos a dar información para que poco a poco vaya mejorando la percepción de lo que está pasando en el país y creo que el esfuerzo de hoy fue muy fructífero…”.

En general, de sus intervenciones con los medios de comunicación puede decirse que el mensaje del presidente Chávez estuvo orientado a ratificar su voluntad democrática y el respeto a los Derechos Humanos.

Con respecto al tema de la deuda externa venezolana, en un encuentro con la prensa financiera de Nueva York, organizado por la firma JP Morgan, el presidente Chávez anunció que su gobierno estudiaba diversas posibilidades para disminuir las altas erogaciones por concepto del servicio de la misma, y señaló su voluntad para emprender con mayor fuerza la exploración de fuentes de energías alternativas al petróleo; ideas que ya había esbozado en su anterior viaje a esta ciudad en el mes de junio de ese mismo año.

Sobre la deuda, indicó que estaba en una etapa de evaluación, y que las opciones estudiadas incluían el canje de los papeles venezolanos, entre ellos los bonos Brady, “…con valores que venzan a un plazo más largo…”; así como que Venezuela continuaría cumpliendo “…religiosamente con todos los compromisos…”.

Respecto a los asuntos energéticos, se refirió a la necesidad de implementar un sistema de bandas para los precios del petróleo con un techo y un piso fijos, “…para liberarse de la volatilidad de los precios y controlar la oferta del crudo con un balance favorable a los intereses tanto de productores como consumidores…”.

Reiteró, además, que continuaba en la búsqueda de inversionistas extranjeros, porque “…existen gigantescos proyectos petroquímicos y de gas natural para el próximo milenio…”, recordando que Venezuela, además de contar con grandes reservas de gas, ocupa un área geográfica estratégica.

También, amplió detalles sobre el llamado fondo de estabilización macroeconómica para el equilibrio de las finanzas públicas mediante los ingresos extraordinarios que se recibiesen por eventuales alzas en el precio del petróleo.

Durante su intervención que duró unas dos horas, estuvo acompañado entre otros por el titular de la cartera de hacienda, José Rojas, y por el Presidente de Petróleos de Venezuela, Héctor Ciavaldini. El 21 de septiembre fue su intervención en la ONU; durante los 21 minutos que ésta duró, aprovechó la presencia del gran número de líderes internacionales para exponer los detalles del proceso político venezolano, tema central de su discurso.

Aunque el mandatario venezolano no acostumbraba leer sus intervenciones, para esta ocasión preparó un texto que fue distribuido antes que se dirigiera a la Asamblea General, a fin de darle más proyección a su contenido.181 Sin embargo, fiel a su estilo, no se ciñó textualmente a su lectura.

Ante representantes de, aproximadamente, 183 países, señaló que: “…Venezuela está enfrentando sus propias mutaciones, está levantando de nuevo las banderas de una democracia verdadera…”,182 resaltando el hecho de emprender los cambios en forma pacífica y democrática, al tiempo que rechazaba las “…falsas noticias que sobre Venezuela han corrido en los últimos meses en el mundo…”.

 Su discurso contenía las ideas básicas sobre el proceso de cambios que inició en Venezuela. Hizo hincapié en que “…nunca se pueden poner a un lado los Derechos Humanos, el respeto a la libertad de expresión, a los valores intrínsecos del ser humano…”, indicando además que la nueva Constitución no entraría en vigencia, si no era aprobada por la población, a través de un referéndum. Desde esa privilegiada tribuna, señalaría “…yo quiero aprovechar este estrado para garantizar al mundo entero que en Venezuela se ha respetado, se está respetando y se va a respetar la esencia de un proceso democrático, que viene surgiendo de la misma voluntad de un pueblo…”.

Del mismo modo, indicó que “…en Venezuela estamos impulsando un nuevo modelo económico humanista, competitivo, diversificado que se incorpore a la corriente mundial de un nuevo orden económico internacional, con mayor justicia, con rostro humano…”

Lamentó que “…Venezuela, que era un país citado como modelo de democracia en América Latina … omissis… viviera una crisis sin precedentes en toda su historia…”, al tiempo que explicaba que las transformaciones adoptadas por su gobierno estaban orientadas a salir de tal situación, que se expresaba en una crisis moral, económica, política y social, que había llevado a Venezuela a peligrosos extremos, donde “…la pobreza afecta a cuatro de cada cinco habitantes…”, pese a las grandes riquezas del país.

Al respecto, dijo:

…Venezuela, con una de las reservas petroleras más grandes del mundo, con recursos de minería gigantescos, con agua, con tierra fértil, con apenas 20 millones de habitantes en casi 1 millón de kilómetros, está (sic) habitado hoy por un 80% de pobres…

En su discurso, también, se le oyó decir: “…sólo un país repotenciado por dentro puede reincorporarse por sus propias fuerzas a las relaciones de un mundo moderno…”; en otro aparte señalaría que “…Venezuela está renaciendo y ofreciendo al mundo sus brazos de integración…”.

Sobre este discurso el canciller de la República Cooperativa de Guyana, Clement Rohee, indicó que fue “…muy bueno, muy espontáneo…”, agregando sobre el propio presidente Chávez, “…es muy carismático…”.

Por su parte, la canciller de México, Rosario Green, indicó sobre la intervención del mandatario venezolano que fue un buen estreno y que le había parecido “…un buen discurso…”.

El mismo 21 de septiembre, luego de concluida su participación en la Asamblea General de la ONU, se llevó a cabo el encuentro con el Presidente de los Estados Unidos de América, William Jefferson Clinton.

La reunión entre ambos dirigentes, realizada por espacio de una hora en la sede de la misión diplomática estadounidense ante la ONU, tuvo una agenda abierta, sin temas prefijados, entre los cuales figuraron, el proceso constituyente venezolano, la situación de Colombia, los Derechos Humanos, la autodeterminación, el narcotráfico, la corrupción internacional, las relaciones comerciales y las ventas de petróleo.

En el encuentro, Chávez Frías le reiteró a su par estadounidense su voluntad democrática, así como la decisión de su gobierno de respeto a las instituciones y a los Derechos Humanos.

Es oportuno recordar que en los días anteriores se habían producido en Venezuela los mayores enfrentamientos entre la Asamblea Nacional Constituyente y el todavía Congreso de la República, lo cual había originado que diversos dirigentes políticos y funcionarios estadounidenses manifestaran su preocupación por la situación en el país. Sin embargo, al término del encuentro, el presidente Chávez, “…entre orgulloso y sorprendido, dijo que Clinton estaba bastante enterado del proceso constituyente…”.

Luego de la reunión entre ambos Presidentes, el líder venezolano se trasladó a la sede del consulado venezolano, donde ofreció una rueda de prensa, en la que, entre otras cosas, afirmó que en Venezuela estaba ocurriendo:

…en lo político un proceso de transformación político democrática, pacífica, legítima; en lo económico, mejorando el panorama. Estamos poco a poco levantando el vuelo, saliendo de una fosa en la que hemos caído, producto de años de desastre, corrupción. Igual en lo social, respeto a los Derechos Humanos, a la libertad de expresión y de prensa…

En torno al problema del narcotráfico y de la negativa venezolana para que aeronaves oficiales estadounidenses sobrevolaran el espacio aéreo del país, el primer mandatario, ratificando su posición, dijo haberle manifestado su deseo al presidente Clinton de cooperar “…lo más cerca posible…”, en el sentido de “…hacer coincidir las visiones que tenemos para combatir, de la manera más eficaz este problema…”.

 En otro orden de ideas, en el contexto de esta visita a la ciudad de Nueva York, el ex secretario de Estado estadounidense, Henry Kissinger fue a saludar al presidente Chávez en el consulado venezolano y anunció que viajaría a Venezuela en diciembre de ese año, 1999, para palpar con detalles el proceso venezolano de transformación política.

El señor Kissinger mantuvo una actitud bastante optimista sobre el proceso venezolano y señaló: “…Venezuela puede hacer una gran contribución a la democracia y el progreso en América Latina y en todo el continente…”, añadiendo sobre el presidente Chávez que “… ha respondido al problema (del país) con energía y dedicación…”

Es importante reseñar, también, las declaraciones de Michael Skoll, ex-embajador estadounidense en Venezuela quien, en ocasión de esta visita, dijo que ahora los Estados Unidos comprendían mejor el proceso de cambios políticos que se vivía en Venezuela, reconoció, al mismo tiempo, que era un proceso necesario; pero manifestando su inquietud por lo que, a su juicio, sería el “…gran poder de Hugo Chávez en torno a la Asamblea Nacional Constituyente y la forma en que será empleado ese poder….”; concluyendo que: “…sólo se sabrá si el proceso tendrá éxito, luego de que transcurran los primeros años bajo la nueva Constitución…”.

Finalmente, entre los encuentros desarrollados en la ciudad de Nueva York, Chávez Frías también se entrevistó con el Secretario General de la ONU, Sr. Koffi Annan, cuando asistió a la 54ª Asamblea General de esa organización, así como con su colega de Argentina, Carlos Menem.

Luego de cumplidas las actividades reseñadas, se dirigió a la ciudad de Washington, donde realizaría la segunda etapa de su visita a los Estados Unidos de América.

Así las cosas, para el día miércoles 22, el presidente Chávez Frías se reunía con representantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y con el Consejo Permanente de la OEA, además de visitar la Junta Interamericana de Defensa, donde dictó una conferencia sobre el tema de “El Nuevo Rol de las Fuerzas Armadas Nacionales en el Continente”, sostuvo entrevistas con representantes de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), de la Cámara de Comercio y congresistas estadounidenses.

En la visita que realizó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) invitó a sus integrantes a viajar a Venezuela para que se formaran una idea propia sobre la situación del país en esta materia. En dicha comisión, presidida por el estadounidense Robert Goldman, cuyo país, paradójicamente, no acepta la competencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos ni es parte de la Convención Americana sobre Derechos Humanos conocida como “Pacto de San José de Costa Rica”, tuvo nuevamente la oportunidad de exponer su proyecto político, esta vez haciendo especial referencia a la materia de los Derechos Humanos, constituyéndose así en el primer Presidente venezolano en visitar la sede de la CIDH.

Igualmente, es de destacar el encuentro en Washington con César Augusto Gaviria Trujillo, Secretario General de la OEA, quien al recibir al Presidente venezolano en la sesión protocolar del Consejo Permanente del organismo regional, se refirió al proceso constituyente “como una caja de herramientas”; y en referencia a la nueva Constitución, señaló que es “un instrumento de transformación”, adicionando que “…su impacto dependerá de los actores políticos, sociales y económicos que la desarrollen más que de la letra de la nueva Carta…”

De esta manera, el Secretario General de la OEA le ofrecía su apoyo al proceso constituyente que se realizaba en Venezuela, al tiempo que le señaló al presidente Chávez que de la nueva Carta Magna que redactaba la Asamblea Nacional Constituyente debía originarse “…la democracia participativa que usted ofreció crear al pueblo venezolano…”; agregando, además, que en Venezuela el proceso constituyente “…está dirigido a resolver el distanciamiento entre los ciudadanos y los centros de poder…”, no estando de ninguna manera relacionado con “reeditar formas de autoritarismo”.

Gaviria se refirió a la gran expectativa que levantó el mandatario venezolano con relación a la nueva Constitución, indicándole textualmente: “…tal vez ningún otro presidente de Venezuela en toda la historia ha comenzado sus tareas precedido del nivel de atención y expectativa que sus propuestas despiertan no sólo en su país sino dentro de la comunidad de naciones…”; para finalizar diciendo que: “… los pueblos y gobiernos de América miran esperanzados un gobierno del que se espera le dé a Venezuela unidad, prosperidad, libertad, igualdad y justicia social. Que Dios lo ilumine y lo acompañe…”.

En la continuación de sus actividades en la capital estadounidense, cuando visitó el Colegio Interamericano de Defensa, un coronel guyanés le preguntó por la posibilidad del empleo de la Fuerza Armada para la recuperación del territorio en disputa, a lo que él le respondió “jamás”; recordando, además, que el caso estaba en el marco de la ONU.

Sobre el tema, reiteró que “…no vamos a dejar dormir esa reivindicación. Seguiremos reclamando y exigiendo nuestros derechos, como se lo he dicho a las autoridades de Guyana cada vez que he podido, y ahora lo reiteramos…”

También, en la ciudad de Washington, Chávez Frías sostuvo una reunión con el Presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Jorge Fascetto, con quien mantuvo un fructífero y fluido intercambio de ideas sobre el rol de los medios de comunicación en las sociedades latinoamericanas.

Por otra parte, en una alocución en la Cámara de Comercio de Estados Unidos, Greg Levedeb, vicepresidente ejecutivo de la misma, al presentar al mandatario venezolano, le señaló la preocupación existente entre los hombres de empresa estadounidenses sobre algunas medidas, presuntamente, poco democráticas que estaba tomando su gobierno, a lo que el mandatario respondió que estaba abierto a todas las críticas y que no perseguía ni atropellaba a nadie, ofreciéndole garantías a los empresarios estadounidenses, a quienes les afirmó que el proceso político que se adelantaba en Venezuela brindaría bases más firmes para la seguridad jurídica.

También, hizo énfasis en asegurar que las inversiones estadounidenses estarían más seguras que en el pasado, una vez efectuados los cambios políticos y jurídicos previstos en el proceso constituyente, en marcado dentro de un gobierno “…auténticamente democrático…”, con una visión de “…una nación próspera y libre, con la población recibiendo los frutos de la inmensa riqueza nacional, en lugar del país saqueado por una camarilla política corrupta y decadente…”; para continuar diciendo que Venezuela y EE.UU. extenderían su amistad “…por cien siglos más…”.

Al referirse al tema de las inversiones, a los 300 asistentes a la Cámara de Comercio, afirmó que: “…las inversiones estadounidenses tendrán igual trato que las nacionales…”; oportunidad que aprovechó, igualmente, para quejarse de la percepción distorsionada que poseían algunos medios de los Estados Unidos de América sobre el proceso político venezolano, valiéndose del privilegiado escenario ante el cual tuvo oportunidad de expresarse, además reiteró que no tenía el proyecto de establecer un gobierno autoritario.

Asimismo, manifestó haber encontrado al país en una situación peor que la de los Estados Unidos durante la época de la gran depresión, ya que “…ni siquiera existían instituciones aptas…”, razón por la que “… estamos en el proceso de reconstruir nuestras instituciones sobre bases más sólidas…”.

Luego, en la continuación de los encuentros realizados en territorio estadounidense figuró una entrevista con miembros de la Cámara de Representantes y de la Cámara del Senado que componen el Congreso de esa nación, en la que estuvieron presentes, entre otros, Benjamín Gilman, Presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes, y el senador Chris Dodd, jefe de la representación demócrata de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado.

En esta ocasión, rechazó los señalamientos que apuntaban a que había violentado la institución parlamentaria venezolana al modificar la Constitución, acotando que “…los políticos corruptos son los que violaron las leyes, no nosotros, son como vampiros que se alimentaron de nuestra sangre…”.

Posteriormente, la entrevista con los medios fue nuevamente otro de los escenarios donde Chávez Frías tuvo oportunidad de actuar dentro de la apretada agenda cumplida; así el jueves 23 de septiembre, reveló a los representantes de la prensa que había desayunado en tres ocasiones para poder expresar sus ideas a los sectores más influyentes de la capital estadounidense, siendo uno de esos desayunos con los miembros de la Junta Directiva del Diario The Washington Post.

Luego de la reunión con los directivos de este diario, prosiguió con un diálogo con periodistas en el National Press Club en el que ofreció pormenores de la audiencia sostenida el martes 21 de septiembre con el presidente William Jefferson Clinton. Sobre la misma, señaló que hablaron de “…las causas por las cuales Venezuela no puede permitir que aeronaves antidrogas de EE.UU. crucen el espacio aéreo nacional…”, indicando que le explicó al presidente Clinton que la Constitución y las leyes venezolanas no lo permiten, además de la existencia de razones de opinión pública, la cual es muy sensible a este tipo de asuntos y que las Fuerzas Armadas venezolanas poseían el equipamiento y entrenamiento adecuado para cooperar con otros países en la lucha contra el narcotráfico internacional.

Sobre el tema de la guerrilla colombiana, el mandatario criollo centró su discurso en favor de las negociaciones de paz, comentando que “…el modelo peruano de derrotar militarmente a los irregulares, no funciona en este caso…”

Con posterioridad a la rueda de prensa, se dirigió a los presentes invitándolos a visitar a Venezuela para que se enteren de “…la esperanzadora realidad de lo que ocurre en el país, en lugar de seguir aceptando versiones superficiales…”

A su regreso al país, manifestó estar satisfecho de la misión cumplida en los Estados Unidos de América, afirmando que “está mejorando la percepción del país”; dijo haber cumplido “a cabalidad con los objetivos de esta visita”, que le permitió exponer en forma directa el proceso político venezolano. Al respecto, se le escuchó decir: “… siento mi corazón lleno de gozo y mi alma llena de alegría porque a nombre de Venezuela fuimos, explicamos y regresamos…”.

En sus declaraciones, manifestó estar “…completamente seguro de que van desapareciendo, si es que aún quedan, las dudas, los rumores, las incertidumbres, que en verdad no tienen ningún asidero porque en Venezuela está en marcha un proceso de restablecimiento de la democracia…”.

Con relación al tema empresarial, Vicente Brito, Presidente de Fedecámaras e integrante de la comitiva que le acompañó, manifestó haber captado “un alto interés” en el sector, en especial en proyectos de gas, petroquímica y telecomunicaciones.

De esta manera, sin duda alguna en esta visita de Hugo Chávez Frías a los Estados Unidos de América, realizada, en parte, para hacer frente a informaciones contrarias al proceso constituyente en Venezuela; destacaron, entre otros hechos políticos, la entrevista con el presidente Clinton, su intervención en la ONU, en el Consejo Permanente de la OEA, en la Cámara de Comercio y con los representantes del Congreso estadounidense.

El propio Sub-secretario de Estado para Asuntos Interamericanos, Peter Romero, al referirse a la entrevista sostenida por el presidente Chávez con su homólogo estadounidense, señaló desde la ciudad de Miami en una conferencia de prensa convocada por el diario The Miami Herald, “… creemos que se trató de una reunión positiva en cuanto a los mensajes que se transmitieron, en ambos sentidos…”, agregando sobre el proceso político venezolano “… hasta la fecha, el presidente ha actuado dentro de los parámetros de la democracia y es lo que queremos seguir viendo. Queremos que tengan éxito las reformas venezolanas…”.

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