Estados Unidos Mexicanos

28 y 29 de Mayo de 1999
XIII Cumbre del Grupo de Río
Veracruz

En su quinta salida al exterior como Presidente constitucional de Venezuela, efectuada el 28 de mayo de 1999, participa en México en la XIII Cumbre del Grupo de Río desarrollada con los Jefes de Estado de Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Guatemala, México, Paraguay, Uruguay y Venezuela.

En esta ocasión, durante la cual en forma paralela se reunieron los cancilleres de las naciones que conformaban este mecanismo regional, los mandatarios de los países integrantes del mismo acercaron posturas sobre los planteamientos que defendería la región ante la próxima reunión que sostendrían con sus homólogos de la Unión Europea, la cual se realizó en Río de Janeiro, Brasil, los días 28 y 29 de junio de ese año, acordando que los temas en que centrarían su agenda para esa cita serían la economía, la prevención de los desastres naturales y la cooperación política.

Chávez Frías, en esta ocasión combinó las actividades propias de la Cumbre del G-Río con otras vinculadas al ámbito de la relación bilateral, especialmente, en el aspecto económico; haciendo contacto con importantes hombres de negocios de la nación azteca, entre quienes destacó Carlos Slim Helú, dueño del Grupo Carso, considerado el hombre más rico de América Latina (su fortuna se estimaba en siete mil millones de dólares – U.S. $ 7.000.000.000 –) a quien invitó a invertir en los sectores de telecomunicaciones y minería de Venezuela, entregándole en un encuentro privado celebrado el 28 de mayo, en horas de la noche, una carpeta con información sobre las oportunidades de inversión en estos sectores.

En otra reunión con empresarios mexicanos, ofreció una renovación a fondo del país, el combate frontal contra la corrupción y garantías jurídicas, económicas y sociales para las inversiones foráneas.

Al margen de las actividades y temas propios de la Cumbre, resaltan ciertos elementos que continúan reforzando el discurso integracionista de Chávez Frías; así, nuevamente reiteró en la capital mexicana el planteamiento para la conformación de una gran compañía energética de la región, Petroamérica, a través de las empresas petroleras de Brasil, México y Venezuela, a la que se le podrían incorporar otras de la subregión.

Sobre este tema, la ocasión también fue propicia para anunciar el compromiso con la política de reducción de la producción de crudos como una medida para el logro del fortalecimiento de los precios del mismo en los mercados internacionales; leyendo los ministros de petróleo de ambas naciones, un comunicado conjunto en el cual se anunciaba la reducción de la producción mexicana en trescientos veinticinco barriles diarios (325.000) y la de Venezuela en seiscientos cincuenta mil (650.000).

La voluntad integracionista comienza a configurarse como una constante en sus avanzadas internacionales. En esta ocasión se refirió de manera especial al Grupo de los Tres (G-3), conformado por Colombia, México y Venezuela, indicando que estas tres naciones deberían reasumir el liderazgo de la región.

Pero, quizás el elemento más significativo, especialmente desde el punto de vista ideológico y doctrinario, lo constituye la reiteración ‒esta vez en México‒ de su llamado a la creación de una Confederación de Estados Latinoamericanos y Caribeños, indicando incluso la posibilidad de su gestación en un lapso de diez años; al efecto, señaló “…no es un sueño, es una realidad posible y hay que trabajar y darle viabilidad…”

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