Estados Unidos

Washington 27 de Enero de 1999

Cuando el presidente Chávez Frías llega a Venezuela procedente de Cuba, última escala de su gira por seis países de Europa y América, el lunes 18 de enero, se anuncia su viaje a los Estados Unidos de América para el 26 del mismo mes y se empiezan a adelantar los preparativos de su nuevo e importante destino internacional para tal día, martes de la semana siguiente.

En esos momentos destacaba dentro de la coyuntura regional, la gira pastoral del Sumo Pontífice, Su Santidad el Papa, Juan Pablo II, quien estando en México continúa a los Estados Unidos a donde llega a la ciudad de Saint Louis, Missouri, el mismo martes 26, motivando que el presidente Clinton tenga que trasladarse desde Washington hasta esa otra localidad estadounidense.

Internamente en Venezuela, ese mismo día, se anunció en Caracas a las puertas de la Viñeta, que la visita del Presidente electo de Venezuela a los Estados Unidos de América había sido pospuesta por indicaciones médicas, diagnosticándosele una colitis aguda que retrasaría, pero sólo por 16 horas, este particular viaje.

Como se dijo, en principio se había planteado una reunión entre el presidente Chávez y Samuel (“Sandy”) Berger, e igualmente estaban previstas otras entrevistas y un encuentro con empresarios y más de 300 venezolanos residentes en Washington, actividades estas últimas coordinadas por la Embajada de Venezuela en Estados Unidos; pero la visita efectivamente se pospuso hasta el día siguiente y se ejecutó en cuestión de horas, reduciéndose las actividades previstas a la realización sólo de los contactos a los más altos niveles.

Durante el mismo, Chávez Frías le informó al primer mandatario estadounidense sobre su plan de estabilización económica para Venezuela, también le aseguró que el país “…seguirá siendo un proveedor muy importante y seguro de petróleo para Estados Unidos…”.

Al abordar su estrategia económica, dijo que estaba basada “…en lograr una disciplina fiscal, acabar con la corrupción, lograr una buena política monetaria orientándola hacia un equilibrio sólido, e impulsar un modelo económico diversificado…”. Al respecto comentaría, poco después, “…a Clinton le pareció un buen plan y dijo estar dispuesto a contribuir en todas estas áreas…”.

El presidente Clinton por su parte, destacó en la breve conversación los temas referidos a la ayuda para combatir el narcotráfico y la corrupción.

Finalizada la reunión el mandatario venezolano le obsequió a su par estadounidense el libro intitulado “Bolivar Forever”, así como una medalla del Libertador con la inscripción: “Mi delirio sobre El Chimborazo”, y le expresó a la prensa a su salida “…estamos de cara a un nuevo siglo en Venezuela, y yo legítimamente lo represento…”.

Sobre la reunión en sí misma, señaló: “…fue extraordinario el contacto por primera vez con el presidente Clinton…”, agregando: “… fue un encuentro muy positivo, comenzamos con buen pie unas relaciones que nos interesa mejorar y conservar…”.

Así las cosas, además de la cita en la Casa Blanca, el nuevo mandatario venezolano también se reunió en el hotel donde se alojaba, con el Secretario de Energía, Bill Richardson, quien acudió posteriormente en representación del presidente Clinton a los actos de toma de posesión en Venezuela el 2 de febrero de 1999, así como con el Secretario del Tesoro, Robert Rubin.

Del mismo modo, la corta estadía en la capital estadounidense también fue propicia para sostener una reunión con el director del FMI, Michael Camdessus, con quien además de conversar sobre la situación económica venezolana y del estatus del país en ese importante organismo financiero internacional, hizo una exposición sobre los planes del nuevo gobierno venezolano en el área de las finanzas públicas.

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