Reino de Arabia Saudita

Riad
17 al 20 de Febrero de 2001
Fortalecimiento de la Opep:
Defensa de la Política de Precios Justos

Hugo Rafael Chávez Frías inicia el sábado 17 de febrero de 2001, una visita oficial al Reino de Arabia Saudita centrada en la ampliación de la relación bilateral, el fortalecimiento de las políticas de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, y la subsiguiente influencia de esta organización en el mercado petrolero mundial.

A menos de cinco (5) meses de haberse realizado en Caracas la histórica II Cumbre de Soberanos, Jefes de Estado y de Gobierno de los países integrantes de la Opep del 26 al 28 de septiembre de 2000, el Presidente venezolano atendía una invitación formulada por las autoridades del reino saudita en defensa de los intereses comunes de ambas naciones.

Buscaba Chávez Frías aumentar la influencia de la Opep en el mercado petrolero mundial, a través del mantenimiento de la política de precios justos, tanto para los importadores como para los exportadores, que se había logrado implementar en la Cumbre de Caracas.

Acompañado de una comitiva oficial, aterriza en el terminal real del Aeropuerto Internacional de Riad a las seis y treinta minutos de la tarde (6:30 p.m.), donde fue recibido por Su Alteza Real el Príncipe heredero, Abdalá bin Abdelaziz al-Saud; mismo que había acudido a la cita petrolera realizada en Caracas, quien además era el regente del reino saudí, debido a las condiciones de salud del Rey, Fahd bin Abdelaziz al-Saud, que lo habían obligado a alejarse de las tareas oficiales desde hacía varios años.

En horas de la noche de ese mismo día, en el marco de una cena en su honor llevada a cabo en el Palacio Real al-Yamamah de Riad (residencia oficial del Rey), se dió inicio a las conversaciones de alto nivel entre ambas delegaciones, mismas que estuvieron centradas en la situación en el oriente medio y en la fluctuación del mercado petrolero.

Sin embargo, tal como señalara el Encargado de Negocios a.i. de la República Bolivariana de Venezuela en el Reino de Arabia Saudita, Carlos Pestana Macedo, esta visita también tenía el propósito de “…fortalecer los anteriores contactos entre los dos países y relanzar las relaciones bilaterales, más allá de los intereses petrolíferos…”.

El domingo 18 de febrero el Presidente venezolano visitó las instalaciones del complejo hospitalario Al Hada, Hospital de la Guardia Nacional.

En compañía del Dr. Fahad Al Abduljabae, Director General del nosocomio, realizó un recorrido por sus instalaciones, mientras le eran explicados los diferentes aspectos que en materia de atención de salud poseía dicho complejo.

Esa misma mañana se realizó una reunión de trabajo entre las delegaciones de ambas naciones en la sede del Ministerio de Planificación, con la participación del mandatario venezolano, donde se evaluaron diferentes escenarios para el desarrollo de las estrategias y políticas comunes.

Luego de participar en este encuentro bilateral realizó una visita al Centro Histórico Rey Abdulaziz y, posteriormente, otra a la Cámara de Comercio e Industria.

Ese día continuaron las conversaciones bilaterales de alto nivel en el contexto de un almuerzo ofrecido por Su Alteza Real, el Príncipe Heredero, Abdalá bin Abdelaziz al-Saud, quién además fungía como Jefe de la Guardia Nacional, que contó con la participación de los Príncipes, Ministros y altas autoridades del reino.

En la ocasión se pasó revista a los principales aspectos del mercado petrolero internacional, en atención a mantener el control sobre la volatilidad de los precios, a través de la política de bandas, implementada por la Opep.

La agenda presidencial del día siguiente, lunes 19, comenzó en la ciudad industrial de Al-Jubail, ubicada a unos cuarenta y cinco (45) minutos, por vía aérea.

Luego de su arribo por el aeropuerto naval de dicha localidad, realizó con las autoridades de la Real Comisión de Al-Jubail y Yanbu, un recorrido por el complejo industrial de Al-Jubail, sede de la corporación de industrias básicas.

A pesar de que Arabia Saudita y Venezuela habían sido dos (2) de los cinco (5) Estados fundadores de la Opep en 1960, y de mantener relaciones diplomáticas desde 1952, las relaciones bilaterales básicamente habían estado circunscritas al tema de la organización petrolera.

Con esta visita, tal como lo señalara Pestana Macedo, se buscaba no solamente fortalecer sino también ampliar el espectro de la relación bilateral. En este sentido, el Presidente venezolano sostuvo una serie de encuentros con diversas autoridades y líderes de la familia Saud.

Así, se reunió ese mismo día con el príncipe Saud bin Taniam Al-Saud, en el palacio real de la localidad, mismo que contó con la participación de ambas delegaciones.

Luego del encuentro anterior, se trasladó a la ciudad de Al Damman, en la región oriental (Al Sharkiah), al Palacio Al Khalig, donde le esperaba Su Alteza Real, Muhammad bin Fahd, Príncipe de la zona oriental del reino, con quien sostuvo otro encuentro que se prolongó hasta horas de la noche.

Las delegaciones de ambas naciones petroleras venían evaluando el sistema de bandas de precios que, a iniciativa del Presidente venezolano, la Opep había implementado, luego de la Cumbre de Caracas.

A través de esta política se prescribía un incremento o una disminución inmediata de la cuota de producción, si los precios superaban los veintiocho dólares (U.S. $ 28) o por el contrario, si se llegaban a depreciar por debajo de los veintidós dólares (U.S. $ 22); de manera que el precio promedio del crudo de la cesta Opep siempre se mantuviera entre los veintidós (U.S $ 22) y veintiocho (U.S $ 28) por barril (159 litros).

Este mecanismo que se llamó Política de Precios Justos funcionó de manera perfecta, beneficiando por igual a productores y consumidores, hasta que ocurrió el bombardeo y posterior invasión estadounidense, y de otros regímenes, al pueblo y nación iraquí, entre el 20 de marzo y el 1° de mayo de 2003.

Como es de dominio público, los promotores de esta guerra de invasión la iniciaron bajo el argumento de la supuesta posesión de armas de destrucción masiva y de vínculos del Gobierno iraquí de Ṣaddām Ḥusayn Abd al-Maŷīd al-Tikrītī (Saddam Hussein) con la organización Al Qaeda, argumentos que, al poco tiempo, quedaron demostrados como falsos.

La acción bélica no contó con el apoyo de actores importantes de la comunidad internacional, tales como Francia, Bélgica, Alemania, Rusia o China, los cuales se opusieron activamente, y adicionalmente se hizo al margen del consejo de seguridad de la Organización de las Naciones Unidas.

Este hecho produjo la primera manifestación ciudadana global en contra de un conflicto. El propio Vaticano se pronunció contra la misma, Juan Pablo II la calificó de una “guerra injusta, inmoral e ilegal”.

El viernes 16 de febrero de 2001, justo un día antes de la llegada del Presidente venezolano al Reino de Arabia Saudita, los regímenes estadounidenses y británicos daban inicio a bombardeos a Iraq, una de las cinco (5) naciones fundadoras de la Opep, en cuya capital, Baghdad, precisamente se había creado esta organización petrolera en 1960.

En este contexto, el tema formaba parte obligatoria de las conversaciones que el Jefe de Estado venezolano venía sosteniendo con las diversas autoridades sauditas.

De esta manera, el mandatario venezolano y el heredero saudita, Abdulá bin Abdel Aziz, gobernante de hecho del país árabe, abordaron la geopolítica regional y las relaciones con Iraq; especialmente tras el bombardeo estadounidense y británico, el primero desde los masivos ataques de 1998.

Igualmente, examinaron la situación del mercado mundial del crudo y la cohesión interna de la Opep, en momentos en que el organismo se aprestaba a recortar, por lo menos, un millón de barriles diarios (1.000.000 B/D) de producción.

Durante su visita, el Presidente venezolano anunció el interés manifestado por los sauditas para realizar inversiones en Venezuela en las áreas del hierro y el aluminio.

Asimismo, manifestó el interés venezolano en el concepto estratégico de la ciudad industrial de Jubail, y se anunció que una misión multidisciplinaria de industriales venezolanos visitaría esta ciudad, donde los sauditas habían logrado integrar la industria con el medio ambiente, a orillas del Golfo Pérsico.

El último día de su visita, martes 20, se reunió en la Universidad del Rey Fadh de Petróleos y Minerales, con su rector, Abdulaziz Dukhyy; autoridades y demás miembros de la comunidad universitaria de esta especializada institución de educación superior.

También realizó una visita a la poderosa petrolera saudita Aramco con la cual concluyó su visita oficial a Arabia Saudita para disponerse a partir hacia el Estado de Qatar, adonde arribó ese mismo día.

En opinión del profesor universitario y experto petrolero Mashar Al Shereidah, el viaje de Hugo Chávez Frías a Arabia Saudita y Qatar tuvo como objetivo fundamental el diseño de una estrategia a largo plazo para la formulación de una nueva agenda para la Opep que fuera más allá de medir e interpretar el mercado petrolero cada trimestre

Al Shereidah destaca que desde 1959, cuando Juan Pablo Pérez Alfonzo y Abdullah Tariki concibieron la formación de la Opep, esta era la primera oportunidad en que los Jefes de Estado de dos países fundadores de la organización se reunían a ese nivel para diseñar una estrategia, lo cual investía, sin duda alguna, a esta visita de una importancia histórica que nunca se había dado a lo largo de la vida de la Opep.

El experto petrolero señaló, en su momento, que con anterioridad, Presidentes venezolanos habían solicitado visitar países fundadores de la Opep en la región del Golfo Pérsico; pero que en esta oportunidad se trató de una invitación que formuló el rey de Arabia Saudita al Presidente venezolano, lo cual revestía a esta reunión de una importancia estratégica, al considerar a Venezuela no solamente como un interlocutor válido, individualmente como país, sino también como representante de la región latinoamericana y caribeña en su conjunto.

El análisis de Al Shereidah apunta a que la Opep tradicionalmente se reunía a nivel de los respectivos ministros de petróleo y para una agenda muy coyuntural; así como que Arabia Saudita había venido representando, de una manera o de otra, el punto de vista de las otras monarquías de los países del Golfo, como Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, incluso, de otros no Opep como Omán.

Al Shereidah destaca que esta era la primera vez que América Latina tenía un interlocutor válido, desde el punto de vista saudita.

Siguiendo el análisis de Al Shereidah, este viaje además poseía una importancia especial, ya que se producía en un momento muy particular de la coyuntura internacional.

Así, por una parte, el conflicto entre Israel y Palestina se encontraba en un momento en el que las conversaciones no solamente estaban paralizadas, sino que adicionalmente se producía una intensificación de la violencia.

Por otra parte, se instalaba en la Casa Blanca la administración republicana de George Walker Bush.

Sin embargo, los precios internacionales del crudo se encontraban estables como consecuencia de la implementación de la política de precios justos, tanto para los importadores como para los exportadores, a través de la instrumentación del mecanismo de banda de precios, adoptada en la cumbre de la Opep en Caracas, precisamente a iniciativa del Presidente venezolano.

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