República Argentina

30 de Junio al 1° de Julio de 2008
XXXV Reunión del Consejo del Mercado Común y Cumbre del Mercosur
(San Miguel de Tucumán)

En el año 2008, Hugo Chávez Frías viajó a la República Argentina en un par de ocasiones. El primero de estos viajes lo realizó el lunes 30 de junio con motivo de su participación, en la ciudad de San Miguel de Tucumán, en Argentina, en la XXXV Reunión del Consejo del Mercado Común y Cumbre del Mercosur junto a sus pares de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay; países miembros plenos del bloque de integración; así como de sus homólogos de Bolivia, Chile, Ecuador, Colombia y Perú, miembros asociados del mismo.

En esta oportunidad, llegaba a la capital de la provincia de Tucumán acompañado del canciller Maduro Moros; del Ministro de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez Carreño; y de Alimentación, Félix Osorio; así como del Embajador de Venezuela en Buenos Aires, Arévalo Méndez Romero, y de la representante diplomática argentina en Caracas, Alicia Castro.

Apenas minutos después de haber arribado al Aeropuerto Internacional Teniente Benjamín Matienzo, de San Miguel de Tucumán, donde fue recibido por el gobernador de la entidad, José Alperovich, se refirió al panorama político del continente, el cual consideró como una nueva oportunidad para consolidar la verdadera integración.

Señaló que estaba en marcha la segunda independencia en América Latina, refiriéndose a la llegada de gobiernos progresistas en la región en Argentina, Brasil, Ecuador, Paraguay, Bolivia y Venezuela.

Sin embargo, aún cuando indicó que los países de América del Sur eran mucho más independientes en sus posiciones de lo que eran hacía apenas diez (10) años, advirtió que en lo político aún hacía falta mucho para ser plenamente libres, “…hasta que no rompamos completamente con los mecanismos de la exclusión interna en cada país, no seremos realmente independientes…”.

A su llegada al Hotel Catalinas Park, prosiguió con estas reflexiones afirmando que el Mercosur era un instrumento para lograr la unidad de Suramérica; así como que el bloque integracionista había retomado como eje prioritario la política, dejando a lo económico como un elemento subsidiario. Explicó que, en el marco de la integración, la economía debía servir a los proyectos políticos.

Desarrolló aún más estos criterios de la siguiente manera “…la política es la que fija el rumbo, la que marca el ritmo, la que marca la pauta. Lo económico debe ser subsidiario, debe servir al proyecto político y creo que en Mercosur estamos tomando esa matriz de manera matemática…”, continuó expresando:

…el neoliberalismo había logrado invertir el orden de los factores. Colocó la carreta por delante de los caballos y eso es un desastre (…). La nueva realidad política suramericana coloca los factores donde deben estar, los caballos (la política) va por delante…

Su primera actividad oficial consistió en una reunión de trabajo con su homóloga argentina, Cristina Fernández de Kirchner, en la cual junto a sus respectivos equipos técnicos y políticos pasaron revista al estado de los proyectos de cooperación en el marco del programa de integración productiva y desarrollo industrial compartido a cargo del Ministerio de Industrias Ligeras y Comercio de Venezuela y del Instituto Nacional de Tecnología Industrial de Argentina. Del mismo modo, la ocasión fue propicia para revisar la agenda de la XXXV Reunión del Consejo del Mercado Común y Cumbre del Mercosur.

Luego de este encuentro, celebrado en el Hotel Catalinas Park, Chávez Frías y Fernández de Kirchner se reunieron con los mandatarios de Uruguay, Tabaré Vázquez y de Bolivia, Evo Morales.

En el marco de la reunión cimera del bloque del sur, realizada del 30 de junio al 1º de julio, en la cual Argentina entrega la Presidencia pro témpore del organismo subregional a Brasil, el mismo día lunes 30 se realizó la reunión del Consejo del Mercado Común en la que participaron los ministros de economía, cancilleres, una delegación de la Asociación Latinoamérica de Integración (Aladi), e invitados especiales.

Entre los temas de agenda de esta cita del sur, ocupó especial atención el derecho de los migrantes y las medidas para combatir la trata de personas.

Fue emitida una declaración de rechazo a la “Directiva de Retorno” que había sido aprobada por el Parlamento Europeo apenas unos días antes, el 18 de junio, misma que había concitado el rechazo latinoamericano.

En esta ocasión, además se suscribieron varios documentos y acuerdos entre los Estados-parte y asociados del Mercosur, además de acuerdos marco entre Mercosur, Turquía y Jordania.

Se abordó la crisis alimentaria, el desarme, la no proliferación de armas de destrucción masiva, el respeto a los Derechos Humanos de los migrantes y la creación de una base de datos de niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad, orientada a la prevención de los delitos de tráfico, trata y sustracción de niños, niñas y adolescentes en la región.

Igualmente, se planteó la firma de la adhesión de Ecuador al protocolo del Mercosur de integración educativa y de reconocimiento de certificados, títulos y estudios de nivel primario y medio no técnico.

El martes 1º de julio se dio inicio propiamente a la Cumbre con palabras introductorias de la Jefa del Estado argentino, Cristina Fernández de Kirchner, mismo día que traspasa la Presidencia pro témpore al Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.

Como se recordará, en el proceso de adhesión de Venezuela al Mercosur, esta nación asumía el Tratado de Asunción, el Protocolo de Ouro Preto y el Protocolo de Olivos para solución de controversias.

Sin embargo, para culminar el proceso de incorporación plena al mecanismo de integración, cada uno de los Estados parte, por intermedio de sus poderes legislativos nacionales, debía ratificar el ingreso venezolano.

Hasta esa fecha lo habían hecho los congresos de Argentina y Uruguay, y se estaba a la espera de la ratificación de los congresos de Brasil y Paraguay. El modelo de integración que asumía Venezuela ya se comenzaba a concretar, entre otros aspectos, a través del Banco del Sur, Alba, Unasur y Petrocaribe.

Los nuevos paradigmas que daban orientación a la política exterior de Venezuela estaban fundamentados en materia de integración en los valores de solidaridad, complementariedad y cooperación, guiados por una vocación humanista y socialista, trascendiendo el clásico enfoque de la integración que ve a ésta como una estrategia de inserción en mercados, privilegiando en consecuencia el componente económico-comercial basado en la mera competencia y la acumulación de capital.

Por el contrario, el nuevo enfoque integracionista venezolano privilegiaba la inclusión, la equidad, el bienestar, la distribución de la riqueza y el desarrollo social.

Chávez Frías, al tomar la palabra durante su participación en el plenario de esta cita del Mercosur, aprovechó la oportunidad para expresar su preocupación en torno a la situación boliviana, “…a Bolivia la están atacando por dentro, desde dentro, en un plan para tratar de disolver el Estado (…). Yo alerto sobre esto. Pedimos por Bolivia y tenemos que apoyar a Bolivia…”.

Recordó la reciente captura de dos sospechosos armados con fusiles con mira telescópica en un aeropuerto de la ciudad de Santa Cruz, poco antes del arribo del Presidente Evo Morales a esa ciudad, quienes estarían planificando un atentado en su contra, y se refirió al tratamiento que se había dado a la coyuntura política boliviana, a través de algunos medios internacionales, “…antenoche estaban unos “expertos” en CNN hablando del caso Bolivia, pasando imágenes y sobredimensionando, además, el conflicto (…). Están hablando de Bolivia como un Estado fallido…”, con el objetivo de derrocar al Presidente boliviano, “…ahora Evo [Morales] convoca a un referéndum y [sus adversarios] no quieren…”.

En este marco, prosiguió señalando que, si quienes no querían la unidad atacaban desde adentro, era necesario contraatacar desde adentro también; planteando como imperativa la necesidad de apoyar a Bolivia en sus proyectos sociales y económicos, a través de la cooperación.

Por otra parte, en relación a la “Directiva de Retorno” europea, la calificó propia de la barbarie. Adicionalmente, planteó que el Mercosur debía pedir explicación sobre la presencia de la IV Flota estadounidense en la región, y finalmente agradeció el apoyo de los integrantes del bloque de integración sureño a Venezuela.

 Nuevamente, sobre la “Directiva de Retorno”, al solicitarle a sus colegas prever acciones contra su aplicación, la comparó con el muro que los Estados Unidos de América venía construyendo en la frontera con México, y dijo que si “….“los europeos ahora siguen el mal ejemplo de Estados Unidos, les va a costar más porque tendrían que hacer un muro en el Atlántico…”.

Fiel a su estilo, se le oyó decir que “…no podemos quedarnos callados y no podemos limitarnos a protestar como lo hemos hecho…”, en su criterio era necesario conciliar posibles respuestas, llamar a la reflexión a los gobiernos de Europa, y buscar resonancia entre sectores de la sociedad europea para “…buscar respuestas desde la propia Europa…”.

Adelantó que Venezuela había avanzado en una posible respuesta a esta “Directiva de Retorno”, en referencia a un “…eventual retorno a las inversiones europeas en tierra venezolana de persistir la aplicación de acciones contra los inmigrantes latinoamericanos…”.

Como se sabe, esta polémica “Directiva de Retorno” era una política unilateral de la Unión Europea para ser aplicada en los veintisiete (27) países del bloque europeo, a partir de 2010, bajo el eufemismo de “armonizar las normas de detención y expulsión de inmigrantes irregulares”.

De acuerdo con esta normativa, cada Estado fijaría un periodo máximo de seis (6) meses de detención, prorrogable a dieciocho (18), durante los trámites de repatriación, y en caso de desconocerse el país de origen del inmigrante la persona sería expulsada a cualquier otro país de tránsito que la aceptase, so pena de no poder regresar a Europa en los siguientes cinco (5) años.

Esta Cumbre del Mercosur emitió una Declaración en la que no solamente deplora la “Directiva de Retorno”, sino que también pide su derogación.

Al mismo tiempo, se anunciaba que los consulados y embajadas brindarían asesoría y protegerían a los migrantes, a fin de garantizarle sus Derechos Humanos, por lo que se instruyó a los ministros de relaciones exteriores a adoptar las medidas necesarias, de acuerdo con la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares.

Chávez Frías, también, propuso la creación de una comisión de alto nivel que se encargase de diseñar un mapa de complementariedad económica entre los países de la región, un fondo y un plan para producir alimentos en emergencia, como una “estrategia petroalimentaria” opuesta a la idea de los llamados “agro combustibles”, invirtiendo los recursos obtenidos de la actividad petrolera en la producción de alimentos.

Al ahondar en esta iniciativa, expresó que “…por cada barril de petróleo que Venezuela exporte, siempre que el precio esté por encima de cien dólares, nosotros ponemos un dólar en el fondo…”.

Al considerar difícil que el precio del petróleo descendiera, recordó que la exportación petrolera venezolana estaba promediando unos dos millones ochocientos cincuenta y ocho mil barriles diarios (2.858.000 B/D), por lo que “… si alguien saca la cuenta eso da 920 millones de dólares al año, una cifra modesta para la magnitud de la tarea…”…Omissis…“…estamos dispuestos a hacerlo desde ahora mismo, siempre cuando un grupo de países aquí [en el Mercosur] nos coaliguemos para producir alimentos en emergencia…”.

También, reiteró la necesidad de avanzar en otras iniciativas, entre las que colocó especial hincapié en la conformación del Banco del Sur, la colocación de parte de las reservas internacionales en un Fondo Financiero Suramericano, la difusión de la señal de Telesur, a través de canales estatales de señal abierta de distintos países; la conformación del Consejo de Defensa Suramericano, y de Petrosur, a través de las estatales petroleras, gasíferas y energéticas de la región.

Entre las conclusiones y resultados de esta Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur, estuvo la decisión de enviar veedores al referendo revocatorio de Bolivia que estaba previsto para el venidero 10 de agosto, a cuya nación y gobierno manifestaron respaldo y solidaridad, expresando su:

…convicción de que la actual situación política interna que atraviesa este país hermano, será superada mediante un diálogo franco y amplio entre todos los actores de la sociedad boliviana, en un clima de paz, serenidad y tolerancia que permita la preservación y la integridad territorial de Bolivia y el respeto a las autoridades democráticamente elegidas…

Asímismo, acordaron la eliminación del uso intrarregional del pasaporte para los residentes de los países que integran el Mercosur ampliado, es decir los Estados partes y los llamados Estados asociados, a la sazón: Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Venezuela, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú, quienes podrían transitar libremente en la región sin necesidad de presentar el tradicional documento de viaje, facilitando así el tránsito de personas en el ámbito comunitario.

Igualmente, fue suscrito un memorando de entendimiento para la implementación de un sistema de acreditación de carreras universitarias para el reconocimiento regional “…de las respectivas titulaciones en el Mercosur y Estados asociados, lo que facilitará la movilidad de personas entre los países de la región y servirá de apoyo a mecanismos regionales de reconocimiento de títulos y diplomas universitarios…”.

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