04 al 06 de Noviembre de 2005
¡¡¡ Alca, Alca Al Carajo!!!
Mar del Plata
La realización en Mar del Plata, Argentina, de la IV Cumbre de las Américas condujo por sexta vez a Hugo Chávez Frías, desde que asumiera la presidencia de Venezuela, a esta nación del sur del continente americano, ocasión en la cual en una suerte de anfictionía interamericana, reeditada, se enfrentaron nuevamente dos visiones políticas continentales diametralmente opuestas.
Así, aún cuando de esta cita hemisférica se da a conocer no solamente la Declaración de Mar del Plata sino también el llamado Plan de Acción, ambos documentos suscritos en la ciudad homónima de Argentina, el 5 de noviembre de 2005, la dinámica de las fuerzas políticas progresistas latinoamericanas encarnadas principalmente por Hugo Chávez Frías y Néstor Kirchner dan al traste con un modelo de integración político económico neoliberal que había tenido su génesis contemporánea en la llamada Iniciativa para las Américas (IPA) lanzada desde la Casa Blanca, el 27 de junio de 1990, por el entonces presidente George Herbert Walker Bush (1989-1993), que inmediatamente se conocería como la “Iniciativa Bush para las Américas”.
La misma se había gestado en un contexto internacional signado por la caída del muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989, la invasión a la República de Panamá el 20 diciembre de ese mismo año ordenada por el propio Bush, y con el telón de fondo del desarrollo de la glásnost y de la perestroika, políticas que posteriormente en una suerte de metamorfosis kafkiana aterrizarían finalmente en la disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S.) el 25 de diciembre de 1991.
Así, hay que recordar que la “Iniciativa Bush para las Américas” que estaba fundamentada en tres (3) aspectos: Reducción de la Deuda Externa de los países de América Latina; Libre Comercio y Promoción de las Inversiones; y finalmente Promoción y Defensa de la Democracia, se transforma en 1994 en el proyecto del Área de Libre Comercio de las Américas (Alca), en la I Cumbre de las Américas realizada en la ciudad estadounidense de Miami en diciembre de ese año.
A este primer encuentro hemisférico le siguió la II Cumbre realizada en Santiago de Chile en 1998, posteriormente la III celebrada en Quebec, Canadá, en el año 2001 en la que participa por primera vez Hugo Chávez Frías, hasta llegar a esta IV Cumbre, donde nuevamente el carismático líder venezolano adquiere un rol protagónico esta vez en compañía de Néstor Kirchner, y de otros líderes progresistas latinoamericanos.
A partir de este momento, el proyecto Alca quedaría sólo como objeto de estudio de las relaciones interamericanas y no como una propuesta política a ser implementada en la región, mucho menos impuesta.
En palabras pronunciadas desde Mar del Plata por Jorge Valero Briceño, a la sazón embajador de Venezuela ante la OEA y Coordinador Nacional de Venezuela para la IV Cumbre de las Américas, “…el Alca es una fórmula colonialista contra los intereses populares. Por eso, Venezuela la rechaza y propone, en cambio, nuevas formas alternativas de integración, cuyos perfiles fundamentales están definidos en la Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba)…”.
De esta manera, Venezuela y los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) lograron incluir una cláusula contra el Área de Libre Comercio de las Américas (Alca) en la declaración final de esta IV Cumbre, teniendo como resultado que si bien efectivamente se firmaba la Declaración de Mar del Plata después que fueran necesarias más de seis (6) horas adicionales desde que los negociadores y cancilleres comenzaron la discusión de la declaración final, para evitar que esta no fuera firmada lo cual hubiera significado un mayor y rotundo fracaso de dicha cumbre, se paralizaba en la práctica el proyecto hegemónico de alcance hemisférico, con un párrafo que recogía las dos posiciones encontradas existentes en la región respecto al Alca. Así, Hugo Rafael Chávez Frías (Venezuela), Néstor Kirchner (Argentina), Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), Tabaré Vázquez (Uruguay) y Nicanor Duarte Frutos (Paraguay) manifestaban su desacuerdo con el Alca considerando que en la región no estaban dadas las condiciones para implementar dicho mecanismo.
De esta manera, el párrafo sobre el Alca en la declaración final de la IV Cumbre de las Américas posee tres (3) partes, la primera de ella recoge una propuesta presentada por Panamá según la cual no hay obstáculos para continuar con las negociaciones del Alca; la segunda es la propuesta de Venezuela y una tercera presentada por Colombia orientada a conformar una comisión de negociadores que evaluara las condiciones y negociaciones del Alca en un futuro.
Chávez Frías, ya había logrado introducir en la Declaración de Quebec del año 2001, correspondiente a la III Cumbre de las Américas que precedió a la de Mar del Plata, una reserva de la posición nacional venezolana dejando expreso que Venezuela no asumía el compromiso de la entrada en vigencia del Alca en diciembre de 2005 como se indicaba en dicho documento.
Hay que recordar que los países del continente americano habían acordado que las negociaciones para la conformación del Alca se realizaban bajo dos principios básicos y fundamentales, uno de ellos era que “nada está acordado hasta que todo esté acordado” y el segundo de ellos era el principio del “consenso”.
Así las cosas, y con el antecedente venezolano a través de Hugo Chávez Frías sobre la reserva formulada sobre la fecha para la entrada en vigencia del Alca en la anterior Declaración de Quebec, simplemente el plazo se agotaba sin un acuerdo consensuado, por lo que al no estar todo acordado, lo cual iba muchísimo más allá del tema del plazo de su entrada en vigencia, nada estaba acordado, poniéndole así el epitafio al proyecto continental diseñado por los think tanks estadounidenses bajo la primera administración Bush.
La declaración final de esta IV Cumbre de las Américas que lleva por título la frase “Crear Trabajo para Enfrentar la Pobreza y Fortalecer la Gobernabilidad Democrática”, fue edulcorada lo más posible para hacerla potable a los Estados que la cuestionaban.
Su contenido fue expuesto en setenta y seis (76) apartados a lo largo de catorce (14) páginas, y colocado bajo los siguientes seis (6) inocuos subtítulos: 1.) Crecimiento con empleo; 2.) Trabajo para enfrentar la pobreza; 3.) Formación de la fuerza laboral; 4.) Micro, pequeñas y medianas empresas como motor de crecimiento del empleo; 5.) Marco para la creación de trabajo decente; y 6.) Fortalecimiento de la gobernabilidad democrática.
Sin embargo, la redacción del apartado N° 19 de dicha declaración quedó para la historia de la siguiente manera:
…Reconociendo la contribución que la integración económica puede efectuar al logro de los objetivos de la Cumbre de crear trabajo para enfrentar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática: A. Algunos miembros sostienen que tengamos en cuenta las dificultades que ha tenido el proceso de negociaciones del Área de Libre Comercio de las Américas (Alca), y reconozcamos la contribución significativa que los procesos de integración económica y la liberalización del comercio en las Américas pueden y deben aportar al logro de los objetivos de la Cumbre de crear trabajo para enfrentar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática. Por ello, mantenemos nuestro compromiso con el logro de un Acuerdo Alca equilibrado y comprensivo, dirigido a la expansión de los flujos comerciales y, en el nivel global, un comercio libre de subsidios y de prácticas que lo distorsionen, con beneficios concretos y sustantivos para todos, teniendo en cuenta las diferencias en el tamaño y nivel de desarrollo de las economías participantes, y las necesidades especiales y el tratamiento especial y diferenciado de las economías más pequeñas y vulnerables. Participaremos activamente para asegurar un resultado significativo de la Ronda de Doha que contemple asimismo las medidas y propósitos del párrafo anterior. Continuaremos promoviendo las prácticas y actividades establecidas en el proceso del Alca, que garanticen la transparencia y promuevan la participación de la sociedad civil. Instruimos a nuestros responsables de las negociaciones comerciales a reanudar sus reuniones en el curso del año 2006, para examinar las dificultades del proceso Alca, a fin de superarlas y avanzar en las negociaciones, de acuerdo con el marco adoptado en Miami, en noviembre de 2003. Asimismo, instruimos a nuestros representantes en las instituciones del Comité Tripartito a que continúen asignando los recursos necesarios para apoyar la operación de la Secretaría Administrativa del Alca. B. Otros miembros sostienen que todavía no están dadas las condiciones necesarias para lograr un acuerdo de libre comercio equilibrado y equitativo, con acceso efectivo de los mercados, libre de subsidios y prácticas de comercio distorsivas y que tome en cuenta las necesidades y sensibilidades de todos los socios, así como las diferencias en los niveles de desarrollo y tamaño de las economías. En función de lo expuesto hemos coincidido en explorar ambas posiciones a la luz de los resultados de la próxima reunión ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC). A tal efecto el gobierno de Colombia realizará consultas con miras a una reunión de responsables de negociaciones comerciales…
Como corolario, en la misma ciudad de Mar del Plata, Hugo Chávez Frías se hizo presente en la III Cumbre de los Pueblos de América, luego de cuya intervención se produjo el documento final de esta cita popular americana.
Durante tres (3) días, doce mil (12.000) personas participaron en alrededor de doscientos cincuenta (250) foros, talleres y conferencias, entre otras actividades que tuvieron lugar en distintos lugares de la ciudad de Mar del Plata.
La llamada Asamblea de los Pueblos se inició con las relatorías de los foros de los pueblos originarios, energético, ecuménico, sindical, educativo, judicial, salud y medio ambiente, y campesino.
Al término de la jornada fue emitida la Declaración Final de la III Cumbre de los Pueblos de América.
Hugo Chávez Frías en su mundialmente célebre intervención señaló “…cada uno de nosotros trajo una pala, una pala de enterrador, porque aquí en Mar del Plata está la tumba del Alca. La tumba del Alca. Vamos a decirlo: Alca, Alca, al carajo…”.
Dirigiéndose a los presentes les indicó que tenían frente a ellos la doble tarea de ser los enterradores del Área de Libre Comercio para las Américas (Alca) y del modelo capitalista neoliberal, conminándolos a convertirse en “…los parteros de la nueva historia…” con fundamento en la Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba) y en el socialismo del siglo XXI.
En el evento se encontraban entre otras figuras Hebe Bonafini, de las Madres de la Plaza de Mayo; el líder boliviano y para el momento aspirante a la presidencia, Evo Morales Ayma; el presidente del Partido de la Revolución Democrática, Miguel Bonasso; el presidente del parlamento de Cuba, Ricardo Alarcón de Quesada, el ministro de cultura cubano, Abel Pietro, Diego Armando “El Pibe” Maradona, y el cantautor Silvio Rodríguez.
Chávez Frías en sus palabras nombró al pueblo estadounidense del cual aseguró que se debía contar con su apoyo para salvar al planeta.
En materia bilateral, con la presencia de Hugo Chávez y Néstor Kirchner, se rubricó la “quinta adenda” para incorporar al Convenio de Cooperación Integral entre la República Bolivariana de Venezuela y la República Argentina, la provisión de hasta cinco millones (5.000.000) de barriles de gasoil de origen venezolano al mercado argentino.
De igual modo se suscribió entre el canciller Rodríguez Araque y el presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinarias Agrícolas (CAFMA), Jorge Médica, un Contrato de Suministro de Maquinaria Agrícola, y finalmente un Memorando de Entendimiento entre el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Argentina; el Instituto Nacional de Investigaciones Científicas y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la República Bolivariana de Venezuela.