12 de Marzo de 2007
Puerto Príncipe
Aproximadamente a las cinco y quince minutos de la tarde (5:15 p.m.) de la hora venezolana del lunes 12 de marzo de 2007 Chávez Frías llega por primera y única vez a la República de Haití.
Su arribo a la caribeña nación francófona lo hace a través del Aeropuerto Internacional Toussaint Louverture, ubicado en Puerto Príncipe, su ciudad capital, para una visita de unas pocas horas en la continuación del periplo que desarrollaba que lo había llevado en los últimos días en forma ininterrumpida por Argentina, Bolivia, Nicaragua, y Jamaica, por lo que le acompañaba la misma comitiva.
En el Aeropuerto Toussaint Louverture era esperado por su homólogo haitiano, René Préval; el encargado de negocios de la República Bolivariana de Venezuela en esta nación, Luis Eduardo Espinoza Pérez, y el embajador designado, Pedro Canino.
En el desarrollo de su corta pero intensa agenda en Haití, nación que desde mayo de 2006 estaba incorporada a Petrocaribe, la actividad de Chávez Frías contempló inmediatamente a su llegada al aeropuerto una visita a los miembros de la Brigada Internacional Simón Bolívar, y la inspección a los avances de las obras de limpieza que realizaban en el Boulevard Soupiske y el vertedero Truiter. Cuando realizaba el recorrido por el Boulevard Soupiske se bajó de la caravana presidencial y caminó con la gente cerca de un kilómetro, conjuntamente con decenas de pobladores haitianos de quienes recibió los saludos y abrazos que le ofrecían a su paso.
Posteriormente, en las instalaciones de la embajada de Venezuela en Haití saludó y felicitó a los soldados venezolanos que desde mediados de enero de ese año ayudaban al pueblo haitiano; ahí, conjuntamente con René Préval, recibió del general de brigada (GB) Francisco Barrios, encargado de la Brigada Internacional Simón Bolívar, la explicación de los trabajos realizados tanto en el Boulevard Soupiske, que ahora se denominaría Boulevard Ruta Nacional, como en el vertedero Truiter, y en el mercado municipal de Puerto Príncipe.
Seguidamente ambos Presidentes se dirigieron a la efigie del Libertador Simón Bolívar que se encuentra frente a la embajada de Venezuela en Puerto Príncipe, y procedieron a colocar una ofrenda floral, para de inmediato marcharse al palacio de gobierno donde sostuvieron una reunión en la que abordaron los diferentes aspectos de la cooperación y relación bilateral especialmente en el marco de Petrocaribe.
A este encuentro, de carácter privado, le siguió una rueda de prensa conjunta y la colocación de una ofrenda floral ante Toussaint Louverture, héroe independentista de Haití.
En el contexto de la visita el ministro de relaciones exteriores haitiano, Jean Rénald Clerisme, señaló que si se comparaba el Alba con otros tratados y convenios de cooperación, se podía ver la diferencia, asegurando que en el Alba y en el proceso de integración de los países de América Latina y el Caribe los países se apoyan entre sí, y no unos tratando de dominar a otros por la fuerza, dijo que era un reflejo de la cooperación sur-sur, así como que “…no son gente que vienen a dominar, sino a cooperar y ayudar al desarrollo de un país. Y ésa es la mejor manera de expresar la solidaridad con Haití…”.
En el aspecto bilateral indicó que se estaban ejecutando los acuerdos firmados con Venezuela en abril de 2006, acotando que a través de uno de ellos enmarcado en Petrocaribe se le posibilitaba a Haití recibir petróleo de Venezuela en condiciones especiales de financiamiento.
Anunció que estaba próximo a concretarse la cooperación en el sector salud a través de una triangulación Venezuela-Cuba-Haití en el campo de la medicina, así como en el área educativa y en la construcción de viviendas para los menos favorecidos en Haití, en un programa que acotó estaba en marcha y se esperaba por su pronta consolidación.
En el 2004 Haití había solicitado a la ONU el envío de cascos azules a su territorio (Minustah, por sus siglas en inglés: United Nations Stabilization Mission in Haiti) para que le ayudara a solventar los problemas de violencia; sin embargo, el pueblo haitiano había venido expresando su descontento con la presencia de la misión de la ONU, contexto en el cual surgió una propuesta de Brasil, Venezuela, Nicaragua y Argentina, entre otros, para que la MINUSTAH saliera de Haití y devolviera al pueblo haitiano su total autonomía, a lo que el canciller Clerisme aseguró que le parecía excelente la propuesta y que sería muy bueno comenzar de inmediato, sin embargo reconoció que Haití no contaba por el momento con suficientes recursos para dar ese paso tan importante para su crecimiento.
Al efecto señaló:
…Contamos con el apoyo de nuestros amigos y los países de América Latina como del grupo ABC; Argentina, Brasil y Chile; y hay otros países que quieren añadir su esfuerzo para apoyar a Haití. Nos parece que con ese apoyo de nuestros amigos de América Latina, incluso Venezuela, podemos paso a paso retomar nuestra dignidad y reestablecer la estabilidad en el país…”
Como se sabe, Haití es el país más pobre del continente americano, de acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ocupaba para entonces el puesto ciento ocho (108) en el Índice de Desarrollo Humano (IDH), con un sesenta y cinco por ciento (65%) de la población por debajo de la línea de la pobreza, y una esperanza de vida que no superaba los cincuenta (50) años, además con unas de las condiciones de vida y salud más precarias del mundo donde el cuarenta y siete por ciento (47%) de los haitianos venían padeciendo desnutrición crónica y de los que sobrevivían, un sesenta por ciento (60%) fallecía por VIH-SIDA.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca del ochenta por ciento (80%) de la población no contaba con trabajo y alrededor de un noventa por ciento (90%) no poesía acceso a la salud, donde además aproximadamente el ochenta por ciento (80%) de las niñas y niños no asistían al colegio.
En ese contexto el gobierno venezolano había estrechado su política de cooperación energética, entre otros sectores, para hacer frente a “…la crisis económica que desde el año 2004 se agudizó en este país caribeño luego del derrocamiento de Jean-Bertrand Aristide, y donde el Gobierno de los Estados Unidos empleó un bloqueo naval a la isla caribeña…”.
Así, además del ingreso de Haití a Petrocaribe, que se materializó con el envío del barco petrolero Neptuno con sesenta mil (60.000) barriles de diésel y cuarenta mil (40.000) de gasolina, para el suministro eléctrico y funcionamiento de las calderas de los centros hospitalarios, también se había concretado la exportación de ciento veinte (120) toneladas de asfalto mensuales durante un año, y más recientemente se había autorizado la creación de un Fondo Humanitario de veinte millones de dólares estadounidense (U.S. $ 20.000.000) para el desarrollo de programas de cooperación en aspectos prioritarios tales como salud, educación, electricidad, agua potable, vivienda, rellenos sanitarios, y seguridad alimentaria.