República de Sudáfrica

1 al 4 de Septiembre de 2002
II Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible
Johannesburgo

El 1° de septiembre de 2002 el presidente venezolano arriba por primera vez a la República de Sudáfrica. Esta visita responde a su participación en la II Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible realizada en Johannesburgo, del 26 de agosto al 4 de septiembre de 2002.

En este foro multilateral además de la representación nacional venezolana nuevamente le correspondió actuar en nombre del Grupo de los 77, a la sazón integrado por más de ciento treinta naciones.

En su intervención realizada el lunes 2 de septiembre cuestionó severamente el modelo neoliberal.

En atención al tema principal de la Cumbre (el desarrollo sostenible) indicó:

…yo quiero preguntarles de que desarrollo estamos hablando. Es que pretendemos seguir hablando del modelo desarrollista, del modelo neoliberal, ese que ha producido entre otras cosas estadísticas horrorosas, como aquella de que cada 17 minutos, que cada minuto, perdón, se mueren 17 personas de hambre en el mundo…

Para proseguir señalando:

…Es que pretendemos seguir hablando de ese modelo neoliberal, que coloca a la pobreza como causa del subdesarrollo, como obstáculo para el desarrollo, en vez de reconocer definitivamente que la pobreza es una consecuencia de los modelos de desarrollo impuestos en el mundo por los poderosos…

Continuó expresando:

…Creo que por ahí hay que comenzar el debate, una vez más, y no pararnos en el fondo. Es verdaderamente sustentable el modelo de desarrollo que hoy esta impuesto en el mundo, vamos a tratar de hacer sustentable lo insustentable, no pretendamos lo imposible, no sigamos siendo necios, reconozcamos las verdades y actuemos en consecuencia…

Enfatizó lo siguiente:

…Desde el Grupo de los 77 más China, desde su presidencia, y desde la Presidencia de Venezuela, lo digo, lo digo ante el mundo una vez más, este modelo hay que cambiarlo. Lo digo porque no hay desarrollo sin humanismo, no es posible un desarrollo en este modelo impuesto en el mundo, es verdaderamente un imposible; el neoliberalismo es inhumano, el desarrollo debe ser humano, el neoliberalismo es desintegrador, el desarrollo debe ser integral e integrador. Vamos en camino contrario al desarrollo…

En Johannesburgo reiteró la propuesta que ya había expuesto en la cumbre de Monterrey para la creación de un Fondo Humanitario Internacional.

Lo visualizaba como un fondo de carácter obligatorio para el beneficio de las naciones más empobrecidas del mundo al cual se aportaría el diez por ciento (10%) del gasto militar del mundo y diez por ciento (10%) de la deuda externa que los países más pobres le venían pagando a las potencias económicas, más dineros incautados al narcotráfico y procedentes de la corrupción.

Por otra parte, cuestionó la dinámica y los mecanismos de participación de la actividad, señaló que a pesar que el noventa por ciento (90%) del mundo exigía metas para la lucha contra la pobreza, en el plan de acción que emanaba de la cumbre no se establecieron parámetros ni metas, quedándose en generalidades preocupantes que podrían indicar un retroceso en avances ya logrados.

Al efecto, se refirió a que había que cambiar radicalmente el formato de estas cumbres, advirtiendo la necesidad de debatir al más alto nivel los grandes temas de la humanidad. Representantes de otras delegaciones latinoamericanas también cuestionaron el plan de acción que había sido acordado luego de diez (10) días de trabajos.

La delegación de México presentó tres (3) reservas, la primera por la exclusión del tema del cambio climático y la deliberada omisión de no mencionar a las naciones que más contaminan.

La segunda por no adoptar como comunidad internacional una meta a alcanzar en materia de energías renovables, y la tercera porque el tema de la mujer no había quedado bien reivindicado.

Por su parte, la delegación de Brasil señaló que el reconocimiento de la propuesta sobre energía renovable que tenía el apoyo de los países latinoamericanos y caribeños había sido diluida hasta el punto de quedar irreconocible frente al uso de los combustibles fósiles, y adicionalmente se le habían abierto las puertas al carbón mineral y a las centrales nucleares.

El primer ministro danés, Anders Fogh Rasmussen, cuyo país ocupaba la presidencia rotativa de la Unión Europea recibió con frialdad el plan de acción, y dijo que podría ser la última gran cumbre que tratara de resolver temas globales.

En la sesión de clausura todos los oradores atacaron el plan de acción al considerarlo demasiado débil.

De acuerdo a un despacho noticioso de la agencia Reuters “…muchos ecologistas calificaron la reunión de pérdida de tiempo y una concesión a los intereses empresariales que apoya el presidente estadounidense, George W. Bush, quien no asistió a la reunión…”.

El secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, trató de justificar la situación aduciendo que las expectativas habían sido muy elevadas, mientras que el presidente venezolano, afirmaba que la cumbre se convirtió en diez (10) días en un diálogo de sordos, para rematar señalando “…vamos de cumbre en cumbre, pero nuestros pueblos van de abismo en abismo…”.

Bajo presiones de Washington el plan de acción fue despojado de objetivos claros. George Bush, aliado de la industria petrolera, fue criticado por no acudir a la cumbre, la mayoría de las naciones y de grupos ecologistas tomaron su ausencia como una prueba que el país más rico y el mayor contaminador del mundo no se preocupa por el medio ambiente y la pobreza.

La llamada Cumbre de la Tierra terminaba con abucheos al secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, y con grandes críticas de los ecologistas por los exiguos resultados.

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