7 de Junio de 2011
Último viaje a Ecuador
(Salinas)
Procedente de la República Federativa del Brasil, Hugo Rafael Chávez Frías llega el martes 7 de junio a la República del Ecuador en la continuación de la breve gira que realizaba por tres (3) países de la región.
Sin proponérselo, y más aún sin siquiera sospecharlo, esta sería la última visita que haría a la tierra natal de la heroína hispanoamericana Manuela Sáenz Aizpuru.
Durante su ejercicio presidencial el líder bolivariano realizó una docena de visitas a la nación ecuatoriana como parte del desarrollo de su estrategia de integración regional que caracterizó su gestión de política exterior.
Los mismos, los había iniciado en 2002 con sendos viajes realizados en los meses de julio y noviembre; posteriormente, en enero de 2003; julio de 2004; mayo de 2006; enero y agosto de 2007; julio de 2008; agosto de 2009; marzo y junio de 2010; y, finalmente, en junio de 2011.
Su llegada se produjo a primeras horas de la madrugada, alrededor de la una y treinta minutos (1:30 a.m.) de la hora local ecuatoriana, a través del Aeropuerto General Ulpiano Páez, de la localidad de Salinas, ciudad portuaria en la costa suroccidental, adonde llegó acompañado por su canciller Nicolás Maduro Moros, y demás integrantes de su comitiva.
En las instalaciones de esta terminal aérea, de uso conjunto militar y civil, fue recibido por Ricardo Armando Patiño Aroca, a la sazón Ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, uno de los ideólogos de la Revolución Ciudadana.
Este se convertía en el noveno encuentro presidencial entre Hugo Rafael Chávez Frías y Rafael Vicente Correa Delgado, mismo en el que, además de los temas propios de la agenda bilateral, pasarían revista a la coyuntura interamericana y dentro de ésta a aspectos inherentes a los avances de las diferentes iniciativas de integración regional y de coordinación de políticas.
Versiones provenientes de diversas fuentes dan cuenta que esta visita a la República del Ecuador había estado originalmente programada para el mes de mayo, pero que la misma había tenido que ser pospuesta para esta ocasión de los primeros días de junio, según se anunció por una afección en la rodilla del Presidente venezolano.
Al igual que con otros mandatarios de la región este encuentro entre Chávez Frías y Correa Delgado estaba inscrito en un esquema previamente acordado para la realización de reuniones presidenciales sistemáticas, por lo general con una regularidad trimestral; en el caso ecuatoriano-venezolano este esquema había sido acordado por ambos mandatarios en 2009.
Sobre esta modalidad, desde la propia localidad de Puerto Salinas el embajador de Ecuador en Venezuela, Ramón Torres Galarza, al referirse al compromiso asumido por los dos jefes de Estado de dar seguimiento trimestral al cumplimiento efectivo de los compromisos pactados entre ambos países, explicaba que:
…este hecho de revisión de convenios es parte fundamental de los trabajos de gabinetes que se integran, binacionalmente, para dar seguimiento a los avances obtenidos en cada programa y en cada convenio, a través de los respectivos ministerios que los ejecutan.
Las relaciones entre los dos países, al igual que con otras naciones vecinas y también extra continentales, se habían venido progresivamente incrementado en todos los aspectos del amplio espectro que las componen; así, en esta ocasión la agenda tratada abordó distintos ejes de desarrollo, entre ellos, los referidos al área social, el intercambio energético, la complementariedad económica, temas de seguridad y defensa, y los avances del Sistema Unitario de Compensación Regional (Sucre).
Sobre este último aspecto, desde la realización entre ambos países de la primera transacción mediante la implementación del Sucre en julio de 2010 a la fecha se habían efectuado intercambios equivalentes a unos ciento dos millones de dólares (U.S. $ 102.000.000).
En esta ocasión el gobierno ecuatoriano anunciaba que todas las transacciones que realizaran las entidades públicas ecuatorianas con las instituciones públicas venezolanas se harían a través del Sucre.
Aún cuando la economía ecuatoriana estaba dolarizada desde el año 2000, esta estratégica medida venía apuntando hacia la búsqueda de una progresiva y gradual disminución del uso de la divisa estadounidense en las transacciones comerciales de los países de la región, reduciendo así la dependencia de la misma.
En el corto plazo, en el ámbito bilateral, la meta era llegar a diciembre de ese año (2011) con un intercambio, a través del Sucre, a una cifra equivalente a 300 millones de dólares.
Mediante un acuerdo pactado en abril de 2011 ambas naciones establecieron que la mitad del comercio entre ellos debía manejarse a través del Sucre e ir incrementándose, progresivamente, cada año en un diez por ciento (10%), lo cual implicaba múltiples coordinaciones, especialmente entre los Bancos Centrales, así como entre la banca privada de los dos países.
De otro lado, el basamento jurídico en el cual se cimentaban los aspectos legales de la relación ecuatoriano-venezolano ya alcanzaba más de cincuenta (50) convenios bilaterales.
Es así como, aparte de los temas objetos de este nuevo encuentro presidencial, la agenda manejada entre ambas naciones era aún más amplia, conteniendo, entre otros aspectos, el desarrollo de programas sociales, intercambio de conocimientos, becas para la formación de nuevos profesionales en ambos países y, asuntos de soberanía productiva, financiera y comercial.
Al igual que en el encuentro entre Chávez Frías y Dilma Rousseff, también en el sostenido entre el líder venezolano con el mandatario ecuatoriano, Correa Delgado, formó parte de los temas de conversación el referido a las sanciones del Gobierno estadounidense contra la empresa estatal petrolera de Venezuela (Pdvsa), situación sobre la cual, en fechas recientes, ya el Presidente Correa Delgado había hecho público su rechazo, de ahí que el ámbito de la seguridad y defensa no estuvo ausente de esta cita presidencial.
En su momento, Rafael Correa expresaría: “…rechazamos las sanciones impuestas a Pdvsa, que es lo mismo que decir sancionar a Venezuela. Nuestra solidaridad combativa frente a las agresiones, a las actitudes prepotentes, retardatarias que pretenden castigar las relaciones soberanas de nuestros pueblos con cualquier nación…”.