República Federativa de Brasil

28 y 29 de Junio de 1999
I Cumbre América Latina y Caribe-Unión Europea
Río de Janeiro

En su séptima salida al exterior, cerrando el mes de junio de 1999, durante los días 28 y 29, Hugo Chávez Frías participa en la ciudad de Rio de Janeiro, en Brasil, en la histórica I Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de América Latina y el Caribe‒Unión Europea, oportunidad en la cual por primera vez se reunieron 48 mandatarios de ambos continentes.

En el contexto general del foro multilateral se planteó la necesidad de buscar salidas negociadas a la problemática del endeudamiento externo de los países latinoamericanos y caribeños.

Por otra parte, en los ámbitos regional y bilateral, el presidente Chávez y las delegaciones oficial y empresarial que le acompañaron se abocaron a buscar un estrechamiento de las relaciones entre la CAN y el Mercosur, así como entre Brasil y Venezuela.

Para Chávez Frías este encuentro constituyó la quinta Cumbre de Jefes de Estado y/o de Gobierno, a la cual asistía; en la misma combinó las actividades propias de la agenda multilateral con aspectos bilaterales de la relación con Brasil. Al mismo tiempo hizo propicia la oportunidad para darle continuidad a su exposición y configuración, cada vez con mayor proyección, de su concepción de la integración latinoamericana y caribeña.

Al margen de estas actividades se reunió con el Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Dr. Enrique Iglesias, con quien allanó el camino para la asistencia de este ente financiero regional, a fin de llevar adelante un programa de mejoras de políticas sociales, con lo cual Venezuela se constituiría en el segundo país ‒después de Brasil‒ en disfrutar de este tipo de asistencia de esa instancia financiera internacional.

También en el ámbito bilateral se realizó la II Reunión del Consejo Empresarial Brasil‒Venezuela, creado en la anterior visita del presidente Chávez a Brasil, con la participación de grupos de empresarios de ambos países, quienes exploraron la concreción de las posibilidades de negocios e inversiones, a través de las organizaciones empresariales Fedecamaras (Venezuela) y Firjan (Brasil).

Pero, nuevamente, sin duda alguna, el elemento más significativo de la intervención de Chávez Frías, desde el punto de vista de la continuidad de su contenido político, lo constituyó el planteamiento de convocar, para su realización en Venezuela, un congreso anfictiónico de las naciones latinoamericanas, a fin de impulsar la integración de los países del subcontinente.

De esta forma, al referirse al tema, señaló:

…ante la unión de bloques como los europeo y asiático, Latinoamérica debe unirse no sólo a nivel económico, sino también cultural y político, no importa que ello nos tome 10 o 20 años, pues a los mismos europeos les ha tomado 50 años…

De esta manera, indicando que debía pensarse no solamente en la integración y alianzas exclusivamente económicas, sino en una unión política e incluso en la posibilidad de tener comandos militares conjuntos, afirmó además que su gobierno “…aspira desarrollar el modelo del Congreso Anfictiónico de Panamá como referencia para la integración de los países latinoamericanos…”.

Es preciso recordar que el Congreso Anfictiónico de Panamá, ciertamente, pretendía no solamente una Confederación de Estados Latinoamericanos, sino también una alianza militar permanente, para tiempos de guerra y para tiempos de paz, a través de la suscripción de un Tratado de Unión, Liga y Confederación Perpetua, como antítesis al modelo estadounidense conocido como la Doctrina Monroe de 1823.

De esta manera, la profunda formación doctrinaria y convicción bolivariana de Hugo Chávez Frías se manifiesta de nuevo. Esta vez ante un escenario todavía más privilegiado por su connotación, debido a la presencia de líderes de Europa, América Latina y el Caribe.

El internacionalista Demetrio Boersner en su obra “Relaciones Internacionales de América Latina. Breve Historia”, al referirse a las concepciones del esquema monroista y el bolivariano, señala que en el primero “…norteamérica asume unilateralmente el papel de protectora de los demás países del hemisferio…”, agregando que “…los espíritus críticos en latinoamérica y sobre todo Simón Bolívar, se dieron cuenta enseguida del contenido potencialmente imperialista y hegemónico de la Doctrina que serviría más adelante de base para las intervenciones norteamericanas en asuntos internos de los pueblos latinoamericanos…”.

Salvando las distancias de las respectivas coyunturas históricas en que se producen los acontecimientos del siglo XIX y los referidos del XX, en esta ocasión el mandatario venezolano, al hablar sobre los procesos de integración en el continente americano, señalará: …el Área de Libre Comercio de las Américas (Alca) sólo se entiende con la integración de América Latina y no bajo un poder hegemónico. Si un tiburón se traga a mil sardinas, las integra a su intestino, y no es esa la integración que queremos…”

Estas expresiones están perfectamente inscritas dentro del espíritu de las posiciones opuestas de los esquemas estadounidenses y latinoamericanos, que motivan la convocatoria y posterior realización del Congreso de Panamá bajo la concepción integracionista bolivariana.

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