Ciudad del Vaticano

11 de Mayo de 2006
Con Josef Alois Ratzinger
Benedicto XVI (La Revolución de Dios)

El Estado de la Ciudad del Vaticano, con sólo cuarenta y cuatro (44) hectáreas, es el Estado independiente más pequeño del mundo, tanto por su población como por su territorio. El jueves 11 de mayo de 2006, Hugo Rafael Chávez Frías, el hombre que lideró la última revolución importante del Siglo XX, visita oficialmente a su Jefe de Estado, y líder espiritual de la iglesia católica, el papa Benedicto XVI, Josef Alois Ratzinger, Papa número doscientos sesenta y cinco (265) de la tradición católica.

Esta era la tercera ocasión en la Hugo Chávez Frías era recibido oficialmente en el Vaticano por el máximo prelado de la iglesia católica, toda vez que en septiembre de 1999 y en octubre de 2001 ya había tenido sendas audiencias con el papa Juan Pablo II, antecesor de Benedicto XVI.

Esta sería la última vez que estaría interactuando, directamente, con un Papa en audiencia privada.

La comitiva que le acompañaba estaba integrada, entre otros, por el Embajador de Venezuela en Italia, Rodrigo Chaves; el Embajador de Venezuela en la Ciudad del Vaticano, Iván Rincón; y los Ministros del Despacho de la Presidencia de la República, Delcy Rodríguez; de Planificación y Desarrollo, Jorge Giordani; de Estado para la Integración y Comercio Exterior, Gustavo Márquez; y el Alcalde Mayor, Juan Barreto.

A la entrada a la Ciudad Estado fue recibido en el patio San Dámaso por el Prefecto de la casa pontificia, monseñor Jems Harvey.

Luego de rendírsele los honores correspondientes, por parte de la guardia suiza, fue guíado a la biblioteca privada de Su Santidad, donde se inició la reunión privada.

De acuerdo al parte oficial, y a reseñas mediáticas, en una audiencia que se prolongó por treinta y cinco (35) minutos, Chávez Frías le expuso a Benedicto XVI los logros sociales alcanzados en Venezuela, a través de las diversas misiones políticas públicas diseñadas y puestas en práctica por su Gobierno en diferentes áreas, implementadas, intercambiando impresiones sobre estos métodos alternativos para disminuir la pobreza y la inclusión social.

Durante la audiencia Chávez Frías le explicó el esfuerzo desarrollado en el sector educativo, a través de las Misiones Robinson (I y II), Ribas y Sucre.

A la fecha la Misión Robinson había alfabetizado a un millón quinientas mil (1.500.000) personas en poco más de un año y medio, lo que había propiciado que la Unesco declarara, en octubre de 2005, a Venezuela como territorio libre de analfabetismo.

En materia sanitaria, explicó a Su Santidad el funcionamiento de la Misión Barrio Adentro, llevada adelante con el apoyo cubano, que había permitido asistencia en más de diecisiete millones (17.000.000) de casos, y orientado las políticas públicas sanitarias hacia la prevención de las enfermedades.

De igual modo, le trasladó el esfuerzo realizado en capacitación laboral para el fomento de la productividad, a través de la Misión Vuelvan Caras, como parte de un gran programa de combate contra la pobreza.

Esta fue la más larga audiencia de este tipo que haya sostenido un Jefe de Estado de Venezuela, formaba parte del fortalecimiento de la relación entre la iglesia católica y el Gobierno venezolano, proceso en el cual estaba inserta la designación de monseñor Giacinto Berloco como Nuncio Apostólico en Caracas, y de Jorge Urosa Savino, primero como Arzobispo de Caracas y luego como Cardenal; figuras con quienes se mantenía abierto el diálogo de la agenda nacional.

El Cardenal venezolano Jorge Urosa Savino había sido designado en el último consistorio papal como miembro del Pontificio Consejo de Justicia y Paz y de la Comisión para América Latina.

El papa Benedicto XVI, muy bien asesorado, firmó con una dedicatoria para Hugo Chávez un ejemplar del libro “La Revolución de Dios”, que había sido editado en un reciente encuentro de jóvenes católicos en Colonia, Alemania.

En el protocolar intercambio de obsequios, el mandatario venezolano le hizo entrega de una serigrafía de El Libertador, Simón Bolívar, a Su Santidad, quien a su vez le entregó una colección de monedas del Vaticano.

A pesar del activo rol político que, una parte de la jerarquía eclesiástica en Venezuela había desempeñado durante el golpe de Estado de abril de 2002, así como en los sucesos previos y posteriores a éste, Chávez Frías lanzaba la propuesta de “pasar la página” para fortalecer la relación entre la Iglesia católica y el Gobierno venezolano; señalando que las tensiones coyunturales que habían existido entre algunos miembros de la iglesia y el Ejecutivo Nacional debían quedar en el pasado, y mirar bajo los principios de la igualdad y la libertad un nuevo futuro.

Agregó que lo que debía prevalecer era la responsabilidad frente al pueblo para impulsar una nueva democracia, basada en un bolivarianismo que buscaba la construcción del Socialismo del Siglo XXI con una fuerte conexión con el Cristianismo.

En este encuentro, iniciado a las once de la mañana (11:00 a.m.) de la hora local de Roma, el primero, y último, que realizaría con el Papa Benedicto XVI, quien apenas cumplía un año al frente de la máxima jerarquía eclesiástica, igualmente se abordó la posibilidad de la realización de un trabajo conjunto para la disminución de la pobreza en Venezuela.

Una vez concluido el cónclave con el Papa, Chávez Frías se reunió con el Secretario de Estado de la Santa Sede, Angelo Sodano. Posteriormente, tuvo un encuentro con la prensa italiana y agencias internacionales en el Hotel Parco dei Príncipi, donde ante alrededor de unos cincuenta (50) periodistas ofreció un balance del encuentro con su santidad Benedicto XVI.

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