República de El Salvador

30 de Noviembre al 1° de Diciembre de 2002
…Yo, a usted, ni lo ignoro…

Del 30 de noviembre al 1° de diciembre de 2002 Hugo Chávez Frías realizaría la segunda de dos visitas que en calidad de jefe de Estado efectuó a la República de El Salvador.

En esta segunda y última ocasión lo hacía en un contexto en el cual rendía homenaje y a su vez apoyaba en las labores de búsqueda del remero venezolano Alexis Cova, de 22 años de edad, miembro del equipo de remo que había desaparecido mientras entrenaba en el lago Coatepeque, en el marco de los XIX Juegos Centroamericanos y del Caribe.

En dicha ocasión compartió con la delegación venezolana que participaba en la justa deportiva realizada en El Salvador entre el 19 y 30 de noviembre de 2002.

La visita no tenía carácter oficial, sin embargo más allá de apoyar a los atletas venezolanos que participaron en esta jornada deportiva regional se trataba de cooperar en la búsqueda de Alexis Cova, mejorando al mismo tiempo la relación política bilateral.

Hugo Chávez Frías ya en noviembre del 2000 había estado en tierras salvadoreñas iniciando una política de cooperación en materia de becas, intercambio deportivo e inversión en diversos proyectos; en dicha ocasión ya había sido recibido por el mandatario salvadoreño, Francisco Guillermo Flores Pérez.

Sin embargo, el presidente salvadoreño, en el mes de abril de ese mismo año, había apoyado el derrocamiento temporal del presidente venezolano, además, había concedido asilo político al contraalmirante venezolano Carlos Molina Tamayo, quien participó activamente en el golpe de Estado y fue designado Jefe de la Casa Militar del breve gobierno dictatorial.

Sobre el particular el mandatario venezolano afirmó:

…esa es historia pasada, no he venido aquí a pedir explicaciones a nadie y no tengo por qué hacerlo. Creo que muchas personas en el mundo fueron confundidas por una manipulación perversa de los medios de comunicación, más allá de lo que pasó un día, mi relación con el presidente Flores nunca ha sufrido ningún altibajo…

Por su parte, el presidente Flores Pérez señaló que la relación con su homólogo venezolano en ningún momento se había deteriorado, y consideró que el haber asilado a Molina Tamayo le había resuelto un problema político a Venezuela.

Chávez Frías, fiel a su estilo, al ser consultado sobre el asilo de Molina Tamayo y lo que eventualmente éste pudiera hacer en su contra, respondió de esta manera recordando al famoso humorista mexicano Mario Moreno “…una vez a Cantinflas le preguntaron sobre alguien y dijo: Yo, a usted, ni lo ignoro…”.

Mientras el presidente venezolano se encontraba en el Salvador, la diatriba política interna venezolana se intensificaba.

La alianza opositora, con el apoyo de sindicatos y empresarios, daba inicio a una huelga general para presionarlo a aceptar una consulta electoral fuera de los lapsos legalmente establecidos, advirtiendo el carácter indefinido de la paralización de actividades hasta que el gobierno nacional aceptase sus condiciones.

En tanto, los medios salvadoreños reseñaban que Chávez Frías y Flores Pérez, aunque adversarios ideológicos, se fundían en un abrazo al encontrarse a las orillas del lago Coatepeque, a unos cuarenta (40) kilómetros de la capital salvadoreña, en un acto en homenaje al remero venezolano Alexis Cova, quien ya llevaba diez (10) días desaparecido en la aguas del lago.

Su madre, Aurelia Cova, una mujer de unos sesenta (60) años, recibía emotivos saludos tanto de Chávez Frías como de Flores Pérez, y expresó entre lágrimas su agradecimiento a ambos mandatarios.

Se acordó montar un comando conjunto binacional para continuar en los esfuerzos de búsqueda del atleta venezolano, con la participación de las fuerzas armadas venezolanas, la policía nacional civil y el ejército de El Salvador, y el voluntariado de los lugareños.

Los jefes de Estado participaron en una ceremonia religiosa en honor a Alexis Cova y bautizaron un bote de remo con su nombre, en un acto conducido por un sacerdote de Comasagua.

La localidad de Comasagua había quedado destruida por los terremotos de 2001, y a través de la cooperación de una brigada militar venezolana se había reconstruido en un nuevo asentamiento bautizado “Venezuela”; una moradora que dio a luz en la fecha de la tragedia, el 13 de enero de 2001, bautizó a su niño con el nombre de Hugo en honor al mandatario venezolano por las atenciones brindadas a su población.

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